ESTUDIO COMPARATIVO
Limitar las horas de guardia del residente equilibra su formación y vida laboral
Los dos grupos reportaron tasas similarmente de desgaste
David Asch, Universidad de Pennsylvania.
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Redacción. Quito
Los residentes con
horas de trabajo limitadas han reportado mayor satisfacción con el balance de su formación profesional y vida laboral, que los que trabajan
horas flexibles y turnos más prolongados, de acuerdo con los resultados de un estudio comparativo publicado en el New England Journal of Medicine.
La investigación ha mostrado que limitar las horas de trabajo de los residentes
no parece afectar los resultados en la formación profesional.
"A muchos educadores les ha preocupado que el trabajo por turnos creado por las horas de guardia limitadas perjudique la capacitación y la socialización de médicos jóvenes", ha señalado en un comunicado de prensa
David Asch, investigador principal (University of Pennsylvania, Estados Unidos).
"La
formación profesional de los médicos jóvenes tiene importancia decisiva para la
atención médica, pero no es lo único importante. No encontramos diferencias importantes en los resultados de la formación educativa”, ha asegurado Asch.
El problema data de al menos el 2003, cuando el Accreditation Council of Graduate Medical Education (ACGME)
limitó las horas de trabajo de los residentes a turnos de 30 horas y semanas laborales de 80 horas. En el 2011, el ACGME limitó todavía los turnos a 16 horas para los residentes de primer año.
Las primeras evaluaciones han demostrado que la
restricción en las horas de trabajo no afectó significativamente los resultados para los pacientes.
Resultados
Los conocimientos médicos, comparando puntuaciones en el examen del American College of Physicians, aplicado durante el segundo año de capacitación,
no demostró diferencias estadísticamente significativas en el tiempo invertido en la atención directa a los pacientes para los becarios de programas flexibles (13,0 por ciento) frente a los de programas estándar (11,8 por ciento; p = 0,21).
Los residentes en ambos tipos de programas también
invirtieron la misma cantidad de tiempo en educación: 7,3 horas por turno para ambos (p > 0,99).
Sin embargo, surgieron
diferencias cuando se trató de la satisfacción con el balance entre la vida laboral y la educación.
En comparación con los becarios participantes en programas estándar, los de programas
flexibles tuvieron casi 2,5 veces más probabilidades de referir insatisfacción con su bienestar general y tuvieron 6 veces más probabilidades de referir insatisfacción con respecto a cómo el programa afectaba a sus vidas personales con amigos y familia. También comunicaron un aumento de más de 1,5 veces en la insatisfacción con la calidad general de la capacitación.
Igual desgaste
Los dos grupos reportaron
tasas similarmente altas de desgaste profesional: 79 por ciento para los programas flexibles y 72 por ciento para los programas estándar.
"El mensaje fundamental es que los becarios en general
estuvieron menos satisfechos con las normativas flexibles y los directores de programa estuvieron menos satisfechos con el método estándar", ha señalado en un comunicado de prensa,
Judy Shea, de la University of Pennsylvania, también autora de la investigación.