Edición Médica

Pide agilizar la vacunación contra COVID-19 de los profesionales de la salud.

Redacción. Quito
Tras la entrevista al ministro de Salud Camilo Salinas publicada por EDICIÓN MÉDICA el 15 de abril, “Vacunación y Ley Humanitaria, los temas prioritarios en la agenda del ministro para los últimos días de gobierno”, las reacciones no tardaron en llegar.

Una de nuestras lectoras ha enviado una carta expresando su reacción, dirigida al presidente del Ecuador y autoridades responsables de la Salud. En ella en primer lugar ha lamentado que el ministro no haya respondido concretamente sobre cuándo se administrará la vacuna al personal sanitario que aún falta, como odontólogos, Cruz Roja y otros.
   
A continuación replicamos su carta de manera íntegra y guardando la reserva del nombre para evitar cualquier tipo de represalias en su contra.
 
Trabajo desde hace 26 años como médico de familia en un centro médico en Quito. Durante toda la pandemia no hemos parado la atención en salud y rehabilitación. Hemos atendido a cientos de pacientes con COVID-19. Y hemos atendido a un número aún mucho mayor de personas con otras patologías, en varias ocasiones mucho más graves de lo acostumbrado. Hemos realizado curaciones a causa de accidentes relacionados con el nerviosismo de las personas. Hay varios pacientes con patología psiquiátrica, diabetes descompensada, tumores nuevos, entre otras. Y, aunque quizás no lo crea, hemos vuelto a ver personas con hambre y niños desnutridos, lo cual hace 20 años veía en el consultorio médico.
 
Hasta la fecha no me he contagiado con el coronavirus. Tampoco he recibido la vacuna. Estoy inscrita en tres listas de instituciones oficiales para recibirla. Recibí, hasta la fecha, una llamada de una de estas instituciones para confirmar mi estado, nada más. Estoy cansada, pero todavía tengo energía para continuar y brindar a los pacientes la mejor atención posible, una atención humana, basada en evidencia científica, ya que así me lo enseñaron, y así se merece cada persona.
 
Ahora, pidiéndole que se ponga un ratito en mis zapatos, permítame hacerle unas preguntas: ¿Cómo se sentiría usted cuando observa a diario que la vacunación no responde a una toma de decisiones racional, sin basarse en evidencia científica y menos aún en la ética, sin ningún orden lógico, como un paso más en el calvario que vivimos desde el inicio de la pandemia, lleno de pasos en falso, lleno de corrupción?
 
¿Cómo se sentiría usted cuando llegue el momento de vacunarse y observa que le van a colocar una vacuna sobre la cual encontramos muy poca literatura científica y cuya efectividad apenas llegaría al 50 por ciento luego de dos dosis? Eso significa que la posibilidad de enfermarse y de pasar la enfermedad a familiares y pacientes apenas se redujo a la mitad y mi aporte a la tan anhelada inmunidad de rebaño sea ínfimo y quizás hasta retrasa su alcance.
 
 ¿Cómo se sentiría usted cuando tiene que conformarse con “peor es nada”, sabiendo que “mejor” existe, pero el interés político y el poder económico pesan más que la racionalidad y la solidaridad?
 
Últimamente, la película El Titanic me viene muy a menudo a la mente. Y me pregunto con qué actor de la película me identifico. Quizás por ahora soy uno de los marineros quienes ayudan a los pasajeros a subir a los botes salvavidas, sabiendo que para mí no sobrará un puesto, o uno de los músicos de la orquesta quienes hasta el último momento tocan sin parpadear, tratando de crear un ambiente de armonía y paz… Quizás quisiera ser Jack, pero no hasta el final.
 
¿Y usted, con qué actor se identifica en todo el caos que estamos viviendo? ¿Cómo quien le gustaría ser recordado, una vez que ya termine todo esto?
 
No hace falta que me responda de manera personal, ofreciendo resolver mi situación particular. Estoy segura que hay muchos médicos y otros profesionales de la salud como yo. Solo espero ver reflejada su respuesta en cambios de verdad, para que la pesadilla que estoy viviendo no se convierta en una desilusión completa.

---