Edición Médica

Cristóbal Santacruz y Juan Santacruz, nefrólogos de la Clínica de los Riñones Menydial.

Jonathan Veletanga. Quito
Un estudio realizado por el médico ecuatoriano Juan Santacruz ha sido reconocido como uno de los 30 mejores abstracts del 60º Congreso Europeo de Nefrología, que se ha desarrollado recientemente en Milán, Italia.
 
El estudio se llama “Parámetros de Bioimpedancia Eléctrica como predictores tempranos de fragilidad y deterioro funcional en pacientes ecuatorianos en hemodiálisis”; se realizó en la Clínica de los Riñones Menydial Quito, con la participación de 115 pacientes renales.
 
Juan Santacruz, especialista en Nefrología Diagnóstica e Intervencionista de la Clínica de los Riñones Menydial y docente de la Universidad Central del Ecuador (UCE), ha informado a EDICIÓN MÉDICA que la Bioimpedancia Eléctrica es un examen no invasivo que se realiza para analizar la composición corporal y la distribución del agua corporal total en el organismo. Si bien es muy utilizado en pacientes en diálisis, todavía se conoce poco sobre qué parámetros pueden ser utilizados para el diagnóstico e identificación precoz de pacientes frágiles y con deterioro funcional.
 
Precisamente, el estudio ha cautivado en este Congreso Europeo de Nefrología porque se ha logrado documentar los parámetros de la Bioimpedancia que pueden servir como una “herramienta de screening” para predecir fragilidad y deterioro funcional en los pacientes en diálisis.
 
De acuerdo a su explicación, “el diagnostico de fragilidad y deterioro funcional está asociado a una mayor morbi-mortalidad y peor calidad de vida”, por ello identificar de manera temprana a estos pacientes es fundamental para realizar intervenciones que disminuyan el progreso de estos dos aspectos y prevenir la fatalidad.
   
En este sentido, en el estudio se han encontrado “resultados prometedores” con dos parámetros de la Bioimpedancia Eléctrica: el ángulo de fase medido a 50Khz y el Ratio E/I (relación entre el agua extracelular dividido para el agua intracelular).
 
“Se concluyó que el ángulo de fase y el Ratio E/I, obtenidos a partir de una medida sencilla, a pie de cama, podrían ser utilizados como una herramienta de screening con sensibilidad mayor al 80 por ciento para el diagnóstico de fragilidad y deterioro funcional”, ha señalado el investigador.
 
Según Santacruz, un ángulo de fase con un valor ≥ 4.35° tiene una sensibilidad del 81 por ciento para predecir ausencia de fragilidad y los valores por debajo de 3.62° se asocian a un diagnóstico de deterioro funcional, con una sensibilidad del 84 por ciento.
 
En cambio, el Ratio E/I con un valor ≥ 0.97 se asocia a un diagnóstico de fragilidad con una sensibilidad del 84 por ciento, mientras que los valores ≥ 0.99 se asocian al diagnóstico de deterioro funcional, con una sensibilidad del 86 por ciento.
   
Por esta razón, el investigador ha recomendado a la comunidad médica a usar estos parámetros de la Bioimpedancia Eléctrica en sus pacientes. “Es una herramienta que nos da muchísima información y nos va ayudar a prevenir complicaciones”. Sin embargo, ha precisado que su utilidad está un “poco limitada” en pacientes con amputaciones o prótesis metálicas.
 
Santacruz espera que se pueda replicar este estudio con pacientes en diálisis de otras provincias para en un futuro cercano generalizar los resultados y las recomendaciones. “Son datos en población ecuatoriana que muestran un método útil para prevención. Esta herramienta de la Bioimpedancia es necesaria y deberíamos promoverla para mejorar la calidad de vida de los pacientes”, ha enfatizado.
   

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