Edición Médica

Joanna Acebo Arcentales, médica infectóloga pediatra.

Redacción. Quito
Debido a la época invernal y la “deuda inmunológica” que se acarrea desde la pandemia de COVID-19, Ecuador enfrenta un incremento de casos de enfermedades respiratorias, particularmente en población infantil. ¿Cómo puede protegerse la ciudadanía de esta situación y qué retos implica para las nuevas autoridades sanitarias del Gobierno recientemente posesionado?
 
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Joanna Acebo Arcentales, médica infectóloga pediatra, presidenta de la Sociedad Ecuatoriana de Pediatría Filial Pichincha, ha explicado que actualmente las infecciones respiratorias son “muy frecuentes” en el país, por ello ha reiterado en la importancia de fortalecer el esquema nacional de vacunación con base a las últimas recomendaciones internacionales.
 
Después del agua potable, la vacunación es la “segunda mejor medida” para disminuir la mortalidad por enfermedades inmunoprevenibles, de manera que es fundamental que la población se vacune, ha enfatizado.
 
Con la pandemia de COVID-19, ha recordado la especialista, las coberturas de vacunación pediátrica bajaron en media un 50 por ciento en todo el mundo, lo cual se convirtió en un “riesgo” para la aparición de brotes de infecciones y de reintroducción de enfermedades. Por esa razón, los profesionales de la salud deben concientizar sobre la necesidad de las vacunas y de su rol en la protección de la vida.
 
“Primero, son creadas para que no haya mortalidad; y segundo, para evitar las enfermedades invasivas que dejan secuelas o consecuencias muy graves a los niños”, ha dicho sobre los dos mensajes claves que tienen que socializarse en la población.
 
La Organización Panamericana y Mundial de la Salud (OPS/OMS), en su alerta epidemiológica, ha recordado que la vacunación sigue siendo importante para prevenir resultados graves de la influenza estacional y la COVID-19, incluidas las hospitalizaciones y las muertes asociadas, especialmente en grupos de riesgo, como los niños menores de 59 meses. Por ello se les debe dar prioridad.
 
Otro aspecto que la pandemia puso en evidencia es la necesidad de ir cambiando las vacunas por aquellas más actualizadas, ya que los virus evolucionan para “mantenerse” en el medio. “Entonces, hay que ir mejorando las vacunas y hacer estos cambios” para poder proporcionar una mejor protección a la población, ha precisado Acebo.
 
Por lo tanto, frente al aumento de casos de influenza estacional, COVID-19, virus sincitial respiratorio, lo recomendable es vacunarse, en especial la población pediátrica menor de 5 años, que son muy vulnerables.
 
Retos para el nuevo Gobierno
 
Debido a las nuevas recomendaciones de organismos internacionales, las actuales autoridades de salud deberían adoptar ciertos criterios para “mejorar las indicaciones de algunas vacunas”, como por ejemplo en COVID-19, varicela, tosferina celular en embarazadas, neumococo, fiebre amarrilla, entre otras.
 
“Ahora sabemos que la enfermedad por COVID-19 puede causar COVID Prolongado y no es buena idea que los niños tengan eso. Entonces, hay que tomar las recomendaciones de las nuevas vacunas para los niños mayores de 6 meses… En influenza está indicado en niños mayores de 6 meses y hay que colocarla”, ha precisado.
 
“La evidencia científica muestra cada vez más que la infección por SARS-CoV-2 puede provocar una amplia gama de síntomas a largo plazo, conocidos como COVID prolongado. Esto también puede ocurrir en los jóvenes. Los síntomas incluyen daño orgánico a largo plazo, que puede incluso provocar la muerte varias semanas o meses después de la infección aguda inicial”. Adicional, cada vez más pruebas muestran que las personas vacunadas tienen menos probabilidades de presentar síntomas de COVID prolongado, en comparación a las personas no vacunadas. De manera que, la vacunación actualizada toma más relevante en la actualidad, según la EMA.
 
En este contexto, Acebo ha señalado que es importante que las sociedades científicas, como la de Pediatría, se reúnan con las autoridades de salud para estimular la vacunación y hacer recomendaciones para mejorar la protección y salud de los niños.
 
Recomendaciones internacionales
 
En sus últimas recomendaciones, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), la FDA y médicos especialistas locales han señalado que las vacunas contra la COVID-19, basadas en ARNm se están adaptando a las variantes circulantes. Por ello han recomendado su uso en varios grupos etarios y población pediátrica, como por ejemplo la vacuna Spikevax de Moderna que está autorizada para prevenir la enfermedad por COVID-19 en personas a partir de los 6 meses de edad; está tiene tres vacunas adaptadas para subvariantes de Omicron.
   

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