La Medicina se ejerce con alma, vocación y entrega, destacan las médicas ecuatorianas
Para las médicas, la vocación no entiende de números sino de personas
Érika Arteaga, Michelle Grunauer, Bernarda Jara, Paulina Celi.
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Cristina Coello. Quito
Al celebrarse el Día del Médico Ecuatoriano (21 de febrero), algunas destacadas profesionales han comentado en EDICIÓN MÉDICA
el alcance que tiene su profesión y han resaltado que su labor va más allá de la sanación o la paliación del dolor físico.
Erika Arteaga, especialista en Salud Pública y actualmente sirviendo en el Coca, ha resaltado su admiración por “los médicos que son capaces de servir. De eso se trata finalmente la Medicina,
no de lucrar, tener carros o mucha plata”.
Así pues, ha recordado la gran labor que realizó en la Amazonia el médico español Manuel Amunarriz, de quien aprendieron otros y ella misma a “
ser humildes y atender a la gente, a hablar su lenguaje y entenderla. A
no tratarla como ignorante. Un médico también puede ser lanchero, porque cuando un paciente muere (en medio de la selva) lo que se necesita es llevarlo a su comunidad, eso es ser un buen médico”.
Según ha considerado esta especialista, el “
servir al otro sin egos” es una característica que en algunos se ha perdido, “por ese afán de lucro, tener muchos títulos, ser el mejor”.
No obstante, también ha resaltado que hay otros que “mantienen ese afán de servir a la gente y de conocer el país”, como aquellos que sirven en
territorio waorani, donde se registra un elevado índice de suicidios y que “enfrentan muchas dificultades, pero están dispuestos a seguir trabajando”.
Por ello, en este día, ha hecho un llamado a “
recuperar ese servicio” y conocer mejor las realidades del país. También ha resaltado “el papel de las médicas y lo importante que es tener mujeres en esta profesión”.
La presidenta de la Sociedad Ecuatoriana de Hematología, núcleo Pichincha,
Bernanda Jara, ha mencionado que la Medicina “es un arte completo, entre el saber y el ser un buen ser humano.
Ha recordado que en su caso fue “
una necesidad personal” el poder ayudar a las personas. “Un médico no es la persona que solo sabe curar enfermedades, sino también el corazón y el alma y eso nos impulsa a ejercer con entrega” esta profesión.
Como hija de prestigioso médico, ha admitido que fue muy difícil igualar o superar al maestro. “Es un reto porque tú misma, la familia y la gente esperan mucho mas de ti. Tienes
muchísima presión, pero hay que meterle más garra”, ha insistido.
Jara se ha mostrado satisfecha al ver que actualmente
son las mujeres una mayoría en las Facultades de Medicina y como docente ha reconocido que “son dedicadas, súper estudiosas, preocupadas y la calidez de una mujer, por su misma naturaleza, les hará diferentes”, a los médicos varones.
También ha dejado claro que el gran esfuerzo que representa el estudiar Medicina no se recompensa con satisfacciones económicas. Más bien “
son satisfacciones personales, como salvar la vida a un niño, o ver a una madre sonreír al ver a su hijo sano, o ver que sale un paciente bien; eso es un gran incentivo, esa es tu recompensa, tú premio al
don que se te dio de poder curar y salvar vidas”.
Ana Paulina Celi, miembro del Consejo Mundial de Infectología, ha recordado que toda carrera ha trabajado con personas que viven con VIH y “como cualquier médico al ver tantas dificultades con pacientes es muy duro, pero de alguna manera
nos vuelve más humanos”.
“
No tenemos una sensibilidad especial por ser mujeres, pero tal vez nuestra experiencia de vida y ser madres nos hace más sensibles”, ha añadido.
Por su larga trayectoria, ha querido resaltar que “el médico no puede perder su relación como ser humano con el paciente. La posibilidad de la
comunicación digital puede hacer perder el contacto directo con el paciente”. Por ello, ha enfatizado que la Medicina “es una profesión que trabaja con seres humanos y hay que tomar en cuenta todos los detalles”.
Para
Michelle Grunauer, decana de la Escuela de Medicina de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), en el Día del Médico ha estimado importante destacar que “los importantes avances tecnológicos
deben ir de la mano de avances significativos en humanismo, empatía y compasión, tanto hacia la comunidad que servimos, como hacia nosotros”.
Por ello, “el
enfoque hacia la medicina de precisión es críticamente importante. La igualdad de acceso a oportunidades de cuidado, que incluyen la atención que conduce a la curación o al tratamiento impecable del fallecimiento, es fundamental”.
Para
Ana Cristina Aguilar, docente de la USFQ, “ser médica demanda mucha responsabilidad y dedicación. He tratado de combinar varios ejes en mi profesión que van desde la
práctica clínica, la docencia e investigación, que no han sido fáciles de llevar pero que con esfuerzo y pasión consigues que esta experiencia sea un camino con muchas satisfacciones”.
“
Feliz día a los médicos y médicas del Ecuador por todo el tiempo y esfuerzo que dedican al cuidado de la salud de sus pacientes. Mi admiración y estima para cada uno de ustedes”, ha concluido.