Edición Médica

Andrea Alarcón y Alejandro Loor, paramédicos de la Cruz Roja Ecuatoriana.

Jonathan Veletanga. Quito
Cada 24 de junio se celebra el Día Internacional del Paramédico y Socorrista para reconocer y resaltar el trabajo humanitario de aquellos profesionales que están siempre listos y activos para salvaguardar la vida de las personas en todas las circunstancias de respuesta rápida. Esto lo siguen demostrando en las actuales manifestaciones del Paro Nacional.
 
“Nuestro trabajo es ayudar a todas las personas que necesitan, siendo imparciales y neutrales”, ha dicho Andrea Alarcón, tecnóloga en Emergencias Médicas y paramédico de la Cruz Roja Ecuatoriana en Pichincha.
 
A lo largo de estos días críticos, ella junto a sus compañeros han brindado ayuda primaria a los manifestantes, prestando atención en emergencia médica (valoración y triaje) y realizando tareas de evacuación a pacientes clínicos y de trauma.
 
Alarcón ha señalado que, si bien se han presentado ciertas dificultades, su trabajo ha sido bien aceptado por las personas porque, de a poco, la ciudadanía ha ido tomando más conciencia de las funciones y tareas de los paramédicos y socorristas.
 
“Muchas personas nos han permitido y facilitado realizar nuestro trabajo porque todo lo hacemos por brindar una ayuda oportuna”, ha asegurado.
 
En este sentido, ha expresado que el trabajo del paramédico es “continuo” y de mucha resiliencia. Se lo vive ahora en las manifestaciones, pero también se vio en el proceso de la emergencia sanitaria por COVID-19.
 
En ese entonces, muchos tuvieron que “deslindarse del núcleo familiar”, además pasaron sustos de contagios por estar en contacto directo con pacientes positivos, a quienes tenían que prestar su contingente.
 
El paramédico tiene una labor “muy fuerte” porque en todo momento se atienden pacientes que sufren mucho. “Somos las primeras personas que les evaluamos y que tratamos de aliviarlos”, ha enfatizado.  
 
En este día, Alarcón ha enviado un mensaje de gratitud a todos sus colegas, a quienes ha pedido seguir entregando su corazón y vocación de servicio en esta ardua, pero hermosa profesión.

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