DESARROLLADO EN LA PUCE
Patentarán extracción de nanocelulosa para múltiples usos
Puede potencializar las características de los fármacos
Javier Carvajal, docente e investigador de la PUCE.
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Cristina Coello. Quito
El docente e investigador de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la
Pontificia Universidad Católica (PUCE),
Javier Carvajal, ha comentado con REDACCIÓN MÉDICA la posible y amplia aplicación médica que ha dejado su estudio de la nanocelusa.
Se trata de una substancia gelatinosa transparente extraída de la tagua y cuyo proceso de extracción está siendo patentado en el
Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI).
“Las nano partículas que nosotros producimos tienen
reconocimiento internacional, son perfectas, homogéneas. Es lo mejor que hemos visto hasta el momento, por el proceso y por el origen. Se puede encontrar proveedores de nanocelulosa en Estados Unidos pero esas tienen mucha heterogeneidad (fibras grandes y pequeñas) y la nuestra
es homogénea. Eso redunda en la calidad y comportamiento”, ha señalado Carvajal.
Este compuesto es “un material bio compatible, con muchas propiedades, no causa alergias, ni rechazo, es óptimo para utilizarse en varios tratamientos y procedimientos y que ha sido validado en laboratorios en Francia y Estados Unidos”, ha asegurado el experto.
Según el investigador,
la nanocelulosa “tiene miles de aplicaciones en la parte médica, ambiental, minera, en los alimentos. Se pueden hacer muchas cosas. Es muy conocido internacionalmente que esto funciona”, ha insistido.
Es un producto que a decir del experto en el país
no es costoso y se lo obtiene “bajo las condiciones más estrictas de asepsia y calidad que se necesitan”, a comparación de un producto similar que en España puede llegar a costar 4.500 euros (por solo 3 mililitros).
Todos los días se van descubriendo nuevas aplicaciones. “Esto es una maravilla. No es absolutamente para todas las moléculas, hay unas que no son compatibles. Pero, a aquellas que no le cambian la estructura física, si pueden funcionar”, ha añadido.
Carvajal, ha realizado muchas pruebas, sabe cómo se comporta y entiende muy bien a este material, pero aclara que
no es un producto médico. El trabajo con tagua que es el más reconocido “por la calidad de partículas que podemos obtener y la cualidad de éstas permiten un amplio rango de aplicaciones”.
Un abanico de posibilidades
El investigador ha mencionado que podría ser utilizado en los tratamientos de quimioterapia, células madre, pie diabético, hernias discales, reconstrucción de tejidos, liberación controlada de medicamentos, entre otros usos.
“Estos geles pueden ser usados en la reconstrucción de tejidos, ofreciendo un molde para las células que van a soportar el nuevo tejido que crece. Se utiliza para quemados, aparte de que tiene un efecto refrescante, hidratante (tiene 99 por ciento de agua) ofrece el entramado de celulosa donde las células pueden agarrarse y crecer y seguir reproduciéndose para regenerar el tejido”, ha detallado.
A esta substancia
se le puede añadir antibióticos u otro tipo de substancias (como factores de crecimiento) y van a “disparar la reproducción celular” con lo que se produce una rápida restauración del tejido, ha detallado Carvajal.
Con la liberación controlada de moléculas que se logra con la nanocelulosa se libera el medicamento de forma lenta y controlada, “se puede potenciar muchas características de los materiales”.
Cuando se usa un medicamento, por ejemplo en quimioterapia, “es probable que tenga menos sesiones. Se puede atacar el sitio preciso. No necesita bombardear todo el cuerpo. Se puede inyectar en el lugar afectado y desde allí producir el efecto necesario”.