Asecup preocupada por el inicio de la despenalización de la eutanasia, mientras la Ley de Cuidados Paliativos sigue estancada
La cobertura de cuidados paliativos en el país es de 3.5 por ciento
Mercedes Díaz y Viviana Araujo, vicepresidenta y presidenta de Asecup.
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Cristina Coello. Quito
Con el reciente pronunciamiento de la Corte Constitucional a través del cual se inicia la
despenalización de la eutanasia en Ecuador, un grupo de profesionales de la salud también alza la voz sobre la urgencia de aprobar una
Ley de cuidados paliativos de calidad.
En entrevista exclusiva con EDICIÓN MÉDICA,
Viviana Araujo y
Mercedes Díaz, presidenta y vicepresidenta de la Asociación Ecuatoriana de Cuidados Paliativos (Asecup), han recalcado en la urgencia de aprobar la Ley de cuidados paliativos, más que normar la eutanasia.
Las dos especialistas han dejado claro que la eutanasia
no es una cuestión médica en concreto, y más bien es una práctica contraria a su profesión. Por ello han insistido en la urgencia social de proveer los recursos necesarios por parte del Estado para servicios de cuidados paliativos, ante la gran cantidad de pacientes que mueren con dolor por no tener acceso a ellos.
Araujo ha recordado que hace un año y medio el
proyecto de ley fue presentado a la Asamblea Nacional “llegó hasta la Comisión de Salud pero, lamentablemente como es de conocimiento de todos, se derogó la asamblea y el proceso quedó detenido”.
“Cuidados paliativos dentro del componente ético se llama ortotanasia. La diferencia entre un acto eutanásico y los cuidados paliativos es que nosotros somos todo aquello que busca la
minimización del sufrimiento, pero en el marco del respeto a la evolución natural de la enfermedad y también al momento natural de la muerte”, ha explicado Díaz.
En ese sentido, la especialista ha aclarado que los cuidados paliativos no lo hace solo un médico, sino un
equipo interdisciplinario donde además está: enfermero, psicólogo, trabajador social, fisioterapeuta respiratorio y “todo aquel que sea necesario para minimizar el sufrimiento y mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes”.
No obstante, han reconocido el concepto abstracto de lo que es
calidad de vida, pero en el contexto de cuidados paliativos, han asegurado que como sanitarios buscan el alivio del sufrimiento “valorando la muerte como un proceso absolutamente natural dentro de un ciclo vital que todos cumplimos”.
También han explicado que los profesionales en cuidados paliativos tienen como misión el alivio del sufrimiento
al final de la vida, cuando está presente un
síntoma refractario a tratamientos estandarizados, mediante un procedimiento llamado
sedación paliativa. Ésta se realiza con dosis terapéuticas buscando aliviar, no anticipar o retrasar el momento de la muerte. Es importante diferenciarla de la eutanasia pues siempre será ejecutada
dosis-respuesta; al encontrar alivio del sintoma se sostiene dicha dosis.
¿Y cuál es la diferencia?
Pareciera que la sedación paliativa terminal y la eutanasia son lo mismo. Sin embargo, Díaz ha dejado claro que hay
diferencias, aunque los dos busquen aparentemente una “ muerte digna”.
Ha explicado que en el primer caso el profesional de la salud busca el alivio del sufrimiento con dosis terapéuticas hasta la
muerte natural del paciente. Las dosis terapéuticas “no buscan la muerte, buscan el alivio y por lo tanto si la muerte se da en ese contexto es una muerte esperable, que no deja de ser digna”, porque se da junto al acompañamiento de su familia, la minimización del sufrimiento y el reconocimiento de las
necesidades del paciente al final de la vida.
Con la eutanasia surge la pregunta de
quién es juez sobre cuando alguien debe morir, ha cuestionado la vicepresidenta de Asecup. “La eutanasia es la última opción, pero un paciente no puede llegar a esta, si no ha recibido los mínimos decentes de todo ser humano que es el alivio al sufrimiento y eso se llama cuidados paliativos”. Todos tenemos derecho a elegir “como y cuado morir”, en el marco del respeto a las diferencias, es primordial que las normativas sean claras, inclusivas y suficientes, ha argumentado.
“Yo espero que la
Corte Constitucional haya tomado en consideración todo ese proceso. Como Asociación Ecuatoriana de Cuidados Paliativos jamás se nos llamó a una
mesa de diálogo, como parte de una
sociedad civil que merece poner sobre la mesa todas las aristas de un tema tan complejo.Si alguien elige la eutanasia como su opción, deberá cumplir con el
debido proceso para confirmar su libertad en la toma de desiciones, confirmando su competencia y sin coacción de ningún tipo. Eso no evita que se cumpla con el acompañamiento continuo, cálido, oportuno al enfermo y su familia, a traves de cuidados paliativos integrales”, ha cuestionado.
En ese contexto, Díaz ha pedido ser
inclusivos y reconocer que, por ejemplo, para los más
pobres no hay posibilidad de un acto eutanásico “cuando no hay esos mínimos decentes (cuidados paliativos) a los cuales tienen derecho y muchas veces desconocen dentro de la atención sanitaria al inicio de la terminalidad y al final de la vida”.
“Un paciente que no tiene dinero tal vez se decide por la eutanasia pues podría no querer ser carga para su familia. ¿Hasta qué punto existe una coacción social que lo obliga a optar por la eutanasia como la única opción? ¿Hasta qué punto el generar una ley permite que un Estado pudiera elegir apoyar más los actos eutanásicos que apoyar fórmulas que garanticen
medicamentos oportunos, el alivio del sufrimiento en el
primer nivel de atención, donde nosotros somos absolutamente necesarios?”, ha objetado.
Las preocupaciones
Las dos representantes gremiales han coincidido en manifestar la preocupación de los especialistas en cuidados paliativos por no ser escuchados.
Y en ese contexto han considerado que, frente al pronunciamiento de la Corte Constitucional adoptado a su parecer “desde la
visión bio-jurídica” (argumentada) no deben desmerecen el hecho de que los profesionales de cuidados paliativos puedan aportar en el alivio del sufrimiento.
Las gremialistas han señalado que el país sí ha avanzado en normas de atención, políticas de cuidados paliativos elaboradas junto al ente rector de la Salud, pero falta la Ley que convierta en
obligatoria la práctica de cuidados paliativos en todos los niveles de atención. “Creo que es el momento de integrarnos todos al proceso de cambio para generar mejores estándares en la atencion sanitaria para nuestros pacientes y sus familias”, ha insistido la vicepresidenta de Asecup.
Para ellas es “urgente la ley de cuidados paliativos” porque
“la muerte digna no es la muerte anticipada” solamente. Muerte digna significa para los enfermos poder seguir siendo ellos hasta el último día, recibiendo medidas que alivien su
sufrimiento multidimensional.
Araujo ha recalcado que la
cobertura de cuidados paliativos en el país “es bajísimo”, llega al 3.5 por ciento, pero hay personas, por ejemplo, “con enfermedades catastróficas que quieren vivir y nosotros somos una opción de acompañamiento. Somos un equipo que se ha formado, capacitado para brindar atención con calidad, compasión, dignidad y calidez hasta el final de sus días, brindándoles opciones para minimizar el sufrimiento” mediante el uso de dosis mínimas requeridas para aliviar (dosis respuesta).
Finalmente se ha aclarado que esas dosis respuesta tienen una escala, permanentemente valorada, hasta llegar a la
sedación paliativa. No obstante, han dejado claro que no siempre se llega a ello, “porque no siempre los síntomas son refractarios”.
Y cuando llega la muerte, “nosotros manejamos también el sufrimiento de los sobrevivientes,
el duelo. Realmente es un proceso absolutamente pensado en el respeto a esa vida y al final de la vida”, ha indicado Díaz.