Edición Médica

John Farfán, presidente de Anamer.

Jonathan Veletanga. Quito
La Asociación Nacional de Médicos Rurales (Anamer) ha expresado su profunda preocupación porque se desconoce si la autoridad sanitaria ha considerado a los profesionales de la salud rural dentro de la fase 0 de vacunación contra la CoVID19.
 
Ante el sinnúmero de actos irregulares en el manejo de las vacunas y a la poca claridad sobre su administración, “exigimos que los profesionales de la salud rural seamos tomados en cuenta en el plan piloto”, ha destacado John Farfán, presidente de Anamer, en conversación con EDICIÓN MÉDICA.
 
“Enviamos un Quipux directo al ministro de Salud en el que solicitamos se nos explique cuál es el plan con nosotros, cuál es la estrategia a seguir para la vacunación, en qué fechas se va a dar la vacunación para el personal rural, pero aún no hemos tenido respuesta”, ha dicho.
 
Según ha indicado, actualmente están activos más de 9.000 profesionales de la salud rural a nivel nacional, entre médicos, enfermeras, odontólogos y obstetrices. De acuerdo a la información que maneja el gremio, “no ha llegado ninguna clase de reporte referente a que alguien del personal de salud rural esté dentro de las listas de vacunación”.
 
Esto es un problema, ha señalado el galeno, porque los rurales se encuentran laborando en centros y puestos de salud situados en lugares de difícil acceso, muchas veces alejados de hospitales y otras unidades médicas. En estos sitios prevalecen personas de escasos recursos, quienes en su mayoría no cuentan con los recursos necesarios para enfrentar la pandemia de manera adecuada.
 
Un profesionales de la salud rural atiende en promedio a 500 pacientes (incluidas personas con enfermedades crónicas, con discapacidad y adultos mayores) y trabaja junto a otros rurales (en un equipo de aproximadamente 5-6 personas), entonces “si uno de ellos se contagia de CoVID19 el resto debe ir aislamiento obligatorio”, lo que afectaría de manera importante la atención en salud.
 
Por este motivo es importante que todos los profesionales de la salud rural sean vacunados de manera oportuna, en el tiempo más corto posible, ha enfatizado Farfán, quien ha considerado que de no hacerlo se generaría un “gran peligro para la salud nacional”.
 
El que las vacunas de Pfizer requieran una temperatura muy baja de conservación (-70^o) no debe ser un factor para dejar por fuera a los rurales, ha sostenido. Ante esta situación, la Anamer ha propuesto un mecanismo para facilitar la vacunación de estos servidores sanitarios.
 
“Si no pueden llegar las vacunas a estos lugares, muy bien se puede hacer un protocolo o un plan que permita a estos profesionales de salud ir a los puntos de vacunación”. Por ejemplo, se les puede dar la autorización desde las direcciones y coordinaciones de salud. “Recordemos que mes a mes, a muchos de nosotros, nos hacen salir de los centros de salud por un día para ir a entregar documentación en físico de todo lo que estamos haciendo. Entonces, ¿por qué no se les podría dar otro día para que vayan al lugar más cercano y se pueden vacunar”, ha explicado.
 
Para el representante de Anamer, hace falta voluntad política para vacunar a todos los profesionales que están en primera línea.
 
El gremio también ha denunciado que un número importante de rurales, que empezaron en septiembre de 2020, no han recibido hasta ahora el bono geográfico, lo cual les afecta de manera significativa. Exigen a la autoridad sanitaria dar paso a las partidas necesarias para que puedan recibir este reconocimiento económico.

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