ALTA COMPLEJIDAD
Profesionales del Hospital Roberto Gilbert corrigen malformación congénita de recién nacida
Tras dos meses de la cirugía la menor se alimenta adecuadamente
Daniel Acosta, jede de cirugía sostiene a la niña.
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Redacción. Quito
Una pequeña que nació con 3kg de peso se ha recuperado de una cirugía de alta complejidad que corrigió una
malformación congénita que no fue diagnosticada durante el embarazo sino al momento de nacer.
Profesionales del Hospital de niños Roberto Gilbert de la Junta de Beneficencia de Guayaquil (JBG) identificaron y corrigieron una
atresia esofágica mediante la
toracoscopia, técnica mínimamente invasiva que permite reparar la lesión por el interior de la cavidad torácica en los recién nacidos.
La atresia esofágica es una malformación que impide la continuidad del
tracto digestivo superior, anomalía congénita que constituye una de las patologías más frecuentes en neonatos. Registra una incidencia de 1 de cada 2500 a 4500 nacidos vivos.
Daniel Acosta, jede de cirugía del Hospital de niños Roberto Gilbert de la JBG, ha explicado que el procedimiento consiste en comunicar la porción superior del esófago con la parte distal del estómago. Esta malformación se produce en el proceso formativo y nacen con condiciones muy pocos favorables para la vida, por lo que la cirugía debe ser inmediata.
El especialista ha detallado que existen diferentes tipos de esta patología, la más común es cuando la parte distal del esófago se comunica con la tráquea, es decir, una
atresia de esófago con fistula traqueo esofágico que son los casos en los que se ha utilizado la toracoscopia para darle una continuidad apta para que el niño pueda deglutir.
Este procedimiento de
alta complejidad, antes se realizaba con una cirugía abierta de tórax lo que implica mayor riesgo para el neonato. Con la toracoscopia, la complejidad es la misma y al ser mínimamente invasiva se requiere de mucha habilidad y precisión del cirujano para corregir la malformación a través de tres pequeños orificios. Estos pacientes deben seguir en control periódico entre 8 a 10 años, ha sido enfático en señalar Acosta.
La menor permaneció
hospitalizada durante 24 días, pero tras dos meses de su alta ha sido evaluada satisfactoriamente.