EVITAR BIOPIRATERÍA
Protocolo de Nagoya, prioridad nacional para proteger los recursos genéticos
La Asamblea se encuentra analizando la viabilidad de ratificar este documento
Ana Belén Marín, asambleísta.
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Redacción. Quito
El Pleno de la Asamblea Nacional ha emprendido el debate sobre el
Protocolo de Nagoya, sobre Acceso a los Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios que se Deriven de su Utilización, con el fin de ratificar este instrumento internacional que busca consolidar la soberanía de los diferentes países poseedores de una alta diversidad genética.
Este tema ha sido acogido positivamente por diferentes asambleístas, quienes han mostrado apoyo al pedido de ratificación del Protocolo de Nagoya.
Se considera un instrumento que permite de “forma transparente
decir no a la biopiratería y sí a la protección de los conocimientos y tradiciones ancestrales vinculados a la utilización de los recursos naturales en el país”, ha dicho
Ana Belén Marín, integrante de la Comisión de Relaciones Internacionales, en su pedido de ratificación del Protocolo.
“
Firmar este protocolo significa defender los derechos de los proveedores fundamentales de los recursos genéticos, que son los pueblos, comunidades y nacionalidades indígenas”, ha añadido.
Según ha explicado, el protocolo
apuesta por la protección de la biopiratería (acceso ilegal y sin la debida autorización del Estado y de las comunidades indígenas de los recursos naturales), que afecta a comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas, y prohíbe la apropiación de los recursos genéticos y de los conocimientos ancestrales vinculados a estos.
Marín ha asegurado que, en el caso de Ecuador, un país megadiverso y rico en recursos genéticos, este protocolo permite la creación de un marco jurídico internacional que visibiliza el
cumplimiento de los principios del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), como el consentimiento libre e informado, la distribución justa y equitativa de los beneficios monetarios y no monetarios, la conservación de la biodiversidad y el reconocimiento del estado de origen de los recursos.
“Se trata de un instrumento internacional para el manejo de la biodiversidad, que reafirma los
derechos soberanos de los Estados sobre sus recursos naturales, apostando por la conservación y protección de la diversidad biológica y su utilización sostenible”, ha aseverado la asambleísta.
De su parte,
Tarsicio Granizo, ministro del Ambiente, en un diálogo con varios asambleístas, ha manifestado que precautelar los bienes biológicos nacionales, priorizando su conservación, es una necesidad para el país.
“El protocolo y su ratificación significará
fortalecer nuestras políticas encaminadas a crear programas de incentivos para la conservación y utilización sostenible de los recursos genéticos, y por lo tanto mejorá la contribución a la biodiversidad, al desarrollo y bienestar de todos los ciudadanos ecuatorianos”, ha señalado el ministro.
El dato
En 2010, Ecuador firmó la adhesión al Protocolo de Nagoya, documento elaborado en el marco de la Décima Conferencia de la Partes (COP10), celebrada en Japón ese mismo año.
La Asamblea Nacional se encuentra
analizando la viabilidad de la ratificación de este protocolo, el cual sirve para garantizar mayor seguridad jurídica y transparencia, en el acceso asociado a los recursos genéticos y en la distribución de beneficios a los pueblos indígenas y comunidades del país.
Ecuador es el
primer país calificado como megadiverso. Alberga la mayor cantidad de especies animales y plantas por kilómetro cuadrado.