PROFESIONALIZACIÓN
Psicólogos: 'La salud mental del país no avanza por un subsecretario'
Aun falta reconocimiento de la importancia de la salud mental en el país
Francisco Brito, presidente y Daniela Flores, secretaria de FEDEPSE.
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Cristina Coello. Quito
Si bien las autoridades sanitarias han recalcado, incluso en el Plan Decenal de Salud (PDS), que el objetivo de su labor es brindar atención integral, el aspecto de la salud mental sigue sin el cuidado que amerita, ha asegurado el
Frente para el Desarrollo de la Psicología en el Ecuador (FEDEPSE), un gremio que agrupa 24 organizaciones de profesionales en la rama.
En el
Día del Psicólogo Ecuatoriano (14 de agosto), el presidente de la FEDEPSE,
Francisco Brito Guadalupe, en entrevista con EDICIÓN MÉDICA ha recordado el veto parcial a la Ley de Salud Mental, que se quedó colgada en la Asamblea Nacional, y, manifestó no comprender esa decisión del gobierno cuando el documento fue elaborado en consenso con los implicados, incluido el Ministerio de Salud Pública (MSP).
En ese sentido,
Daniela Flores, secretaria de FEDEPSE, ha enfatizado en el “
accionar contradictorio” de las instituciones de gobierno. Por un lado, el Consejo de Educación Superior (CES), deja establecido que tanto la Psicología general como la Clínica pertenecen al campo de la salud, pero no deja bien clara la formación de un psicólogo general y uno clínico.
Por su parte, el MSP “debía completar la tarea y reorganizar sus
distributivos, reglamentos y normativa para que el psicólogo general tenga los mismos derechos y posibilidades de trabajo que un clínico, pero hasta la fecha no lo ha hecho”, ha reclamado la dirigente gremial.
Entonces, Flores ha razonado que el
psicólogo general “no tiene la oportunidad ni de acceder a un trabajo público y mucho menos de abrir su consultorio privado. Es súper contradictorio” recalca, pues entre instituciones no se ponen de acuerdo para catalogar a los psicólogos.
En ese sentido también le suma a la
Senescyt (Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación) “que tampoco ha incluido dentro de su plataforma al psicólogo en el campo de la salud. Entonces los psicólogos seguimos en condiciones desiguales”, ha apelado.
Brito ha sido más puntual y ha acusado al
Subsecretario de Rectoría del Sistema Nacional de Salud, Andrés Viteri, de bloquear la habilitación de los psicólogos (generales, infantiles, psicorehabilitadores) en el campo de la Salud.
“El CES, que es el ente regulador en materia académica y de formación profesional dice que los psicólogos están en el campo de la salud, pero el MSP, no,” y tampoco avanza en un examen de habilitación profesional para esta rama y así cumplir con la exigencia ministerial de que quienes lo aprueben puedan ejercer, ha añadido el presidente de FEDEPSE.
Los dos dirigentes han increpado a Viteri por no analizar la situación “de manera técnica”. Brito ha insistido en que los gremios piden “que se considere lo que hemos estudiado y sobre todo la
normativa internacional, en donde el pregrado no gradúa psicólogos clínicos, sino generales y de ahí hacemos posgrados, tal cual como sucede en el campo de la Medicina”.
Es decir, “no hay esa voluntad de solucionar un
problema urgente” para un sector de profesionales que, han asegurado estar dispuestos a rendir un examen de habilitación, pero no pueden esperar por él dos o más años, cuando precisamente llevan años sin poder ejercer en el campo de la salud.
Considerando esta incertidumbre en el gremio, Flores ha sido enfática en asegurar que “la salud mental en el Ecuador no está avanzando por
cuestiones administrativas” y Brito ha insistido en ser más específico y apuntó nuevamente hacia el subsecretario Viteri.
En ese sentido, EDICIÓN MÉDICA publicará la posición oficial del subsecretario en una
próxima entrega, tras confirmar su comparecencia con este medio.
La salud mental de los profesionales de la salud
Flores ha mencionado que a raíz de la
pandemia el tema de salud mental fue un poco más visibilizado e incluso en el personal sanitario por ser precisamente ellos los que atravesaron una situación compleja y complicada.
“No estábamos preparados y justamente por eso no se actuó de la mejor manera. Recordemos que en un inicio no todos los profesionales contaron con los implementos de protección necesarios, a eso se suma las intensas
jornadas laborales y la misma incertidumbre de la pandemia perjudicó la salud mental” de los sanitarios, ha añadido Flores.
Brito por su parte, ha considerado que el personal de salud se afectó aún más con una fallida
Ley de Apoyo Humanitario que menospreció el trabajo de muchos al no reconocerlos con los nombramientos y contratación ofrecida.
A pesar de esas adversidades, el dirigente ha estimado que “ahora nuestro personal de salud ya maneja esas situaciones” pero sobre todo “como ahora ya es tan popular el tema, se van abriendo en ese
tabú de la salud mental”, ha añadido.
No obstante, “no todas las instituciones cuentan con psicólogos para dar soporte y es una dificultad. Tampoco tenemos una
Ley de salud mental que nos ampare y por lo tanto no se habla todavía de salud mental abiertamente a ningún nivel, entonces sigue siendo tabú”, ha manifestado Brito.
Pero el dirigente ha insistido en la parte política, que no permite a la salud mental ser parte de la integralidad y ha puesto el ejemplo de los
permisos de descanso para el personal sanitario, los cuales no son reconocidos ni por la Seguridad Social, ni por el MSP.
Y ni se diga para la población en general, donde según la FEDEPSE se requieren alrededor de
4.000 psicólogos “para medianamente acercar un servicio adecuado”. Actualmente se cuenta con alrededor de 700.
En el día del psicólogo
Brito ha lamentado que “la salud mental esté bajo parámetros políticos y no técnicos” y por ello ha hecho un llamado a mantener la presión para que las autoridades del país, principalmente el MSP “comprendan que esto (de ser reconocidos como personal de salud) es una decisión científica, académica,
técnica y no política”.
Pero también ha advertido que en la población en general los factores psicosociales, como desempleo y violencia, “son coadyuvantes para que en general una persona pierda la esperanza, tenga dolor psicológico” y aumente, por ejemplo, el potencial de riesgo de
suicidio, desajustes como la
ansiedad,
depresión, consumo de sustancias, etc.
En ese sentido, los dirigentes han recalcado que el gremio seguirá insistiendo en sus reivindicaciones.