Edición Médica

Pablo Analuisa, especialista de promoción de la Salud Mental del MSP.

Cristina Coello. Quito
Si bien, la pandemia pudo estropear la salud mental en gran parte del mundo, en el Ecuador no ha sido una causa determinante para que las personas tomen la decisión de terminar con su vida. Sin embargo, sí puede ser un factor que los próximos años derive en un incremento de intentos o de suicidios.
 
Así lo ha comentado Pablo Analuisa, especialista de promoción de la Salud Mental del Ministerio de Salud Pública (MSP), quien ha dejado claro que las estadísticas mantienen una tendencia similar a las de años pasados.
 
El MSP registra los datos de suicidio basándose en las estadísticas del Ministerio de Gobierno que es el encargado de realizar el levantamiento de datos de muertes violentas, información que también es transmitida al INEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos).
 
Según esos registros, entre el 2015 y el 2021 el promedio de casos de suicido fue de 1.000 a 1.200. Específicamente en el año 2015 se registraron 1.048 y en el 2021 existieron 1.237 casos.
 
Considerando que la población ecuatoriana también ha aumentado, la tasa por 100 mil habitantes fue en 2015 de 6,4 suicidios, y, en 2021 fue de 6,97. Es decir que la tasa no ha pasado a 7, que es el promedio regional.
 
Hay sectores poblacionales donde la tasa puede variar y por eso el MSP está desarrollando una estrategia multisectorial para prevenir el suicidio que ya es considerado un problema de salud pública.
 
Las acciones ejecutadas por el MSP
 
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Analuisa ha explicado que el MSP, desde el ámbito de sus competencias, está desarrollando la Estrategia Nacional de prevención del Suicidio. Esta normativa ha convocado a varias instituciones involucradas.
 
“El suicidio es un problema de salud que no solo le corresponde MSP, sino que implica la participación de otras instituciones que tienen competencia y responsabilidad como los Ministerios de Educación, Inclusión Social, Finanzas”, entre otros, ha detallado.
 
En ese sentido, según el funcionario “se ha generado un espacio de articulación intersectorial para desarrollar algunas líneas de acción para prevenir el suicidio, de inicio en toda la población y también en algunos grupos con mayor vulnerabilidad que deben ser atendidos con algunas particularidades”.
 
“La estrategia está en proceso de elaboración, mientras hay algunas otras normativas secundarias que están siendo implementadas a nivel nacional. Uno de esos es el Manual de Cuidadores Comunitarios en prevención del suicidio”, dirigido a profesionales de la salud y lideres comunitarios no especializados en salud mental.
 
En ese sentido un grupo de 144 personas han recibido capacitación sobre manual y son quienes pueden ayudar al sistema de salud a identificar riesgos, señales y advertencia de posibles casos para ser atendidos por Salud Mental del MSP.
 
“El manual tiene la característica de ser formador de formadores, no es una capacitación suelta. La idea es que quienes se capacitan puedan adquirir la metodología y el contenido sea replicado en los diferentes espacios donde trabajan, viven o realizan actividad”, ha mencionado Analuisa.
 
Los 10 sectores priorizados a nivel nacional
 
Y para poder aplicar este manual, el funcionario ha informado que primero se realizó un análisis epidemiológico con los datos del Ministerio de Gobierno y se identificó los lugares donde se reportaron la mayor cantidad de suicidios e intentos. Así pues, son 10 los lugares con la mayor tasa: Arajuno, Arosemena Tola, Salcedo, Mira, Quijos, El Carmen, El Pangui, Limonindanza, San Miguel y Chimbo.
 
Los cuidadores comunitarios ya capacitados ya actúan en 4 de esos 10 lugares. Mientras se sigue trabajando para abarcar las otras poblaciones identificadas con tasas elevadas y que llaman la atención de las autoridades.
 
Sin embargo, Analuisa, ha insistido en que la tasa general no ha registrado un incremento exponencial los últimos cinco años.

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