Redacción. Quito
El Síndrome de Menière es una de las patologías que
afecta al oído interno, si bien no es muy frecuente es importante que la comunidad médica y ciudadanía en general no la descuide en esta época, ya que puede generar síntomas severos que afectan a la calidad de vida del paciente. Por ello es fundamental brindar atención oportuna.
“Con la pandemia se han incrementado los casos porque el
factor emocional puede ser un desencadenante”, ha manifestado
Paola Freire, médico otorrinolaringólogo de la Clínica AXXIS.
En conversación con EDICIÓN MÉDICA, la especialista ha explicado que este síndrome
es más prevalente en adultos (con un ligero predominio en mujeres) que en niños. Se caracteriza por un cuadro de hipertensión endolinfática producido por el excesivo acúmulo de endolinfa, lo cual genera una distensión del espacio endolinfático que produce la ruptura del laberinto membranoso y la mezcla de endolinfa con perilinfa.
Sus síntomas característicos son cuatro: sensación de oído tapado, pérdida auditiva fluctuante (no es un pérdida permanente), acúfenos (zumbidos) y crisis de vértigo, acompañadas de náuseas y vómitos. El vértigo es el síntoma “más severo y molestoso” porque incluso causa una pérdida del equilibrio, lo que dificulta levantarse y caminar, ha detallado.
El médico indicado a tratar este síndrome es el otorrinolaringólogo, sin embargo, debido al déficit de especialistas en esta área en algunas partes del país, los médicos del primer nivel de atención, médicos internistase incluso neurólogos
deben estar al tanto de la patología y de su tratamiento para brindar una atención oportuna al paciente.
Por este motivo hay que
fomentar la capacitación y la educación médica con la finalidad de que conozcan cómo identificar oportunamente este síndrome y cuáles son los fármacos de elección con mejor adherencia al tratamiento y menos reacciones adversas.
Por ejemplo, uno de los principales medicamentos para el tratamiento del Síndrome de Menière es
Betina, un fármaco análogo a la histamina, cuyo compuesto es el
Diclorhidrato de Betahistina.
A diferencia de otras moléculas análogas
presenta efecto dosis-dependiente positivo, es decir, que el médico podrá aumentar las dosis sin que se incrementen los efectos colaterales, puesto que no interfiere con la edad del paciente ni con las enfermedades de base como hipertensión arterial, diabetes o enfermedades renales. Por esta razón se puede utilizar con seguridad en adultos mayores.
A criterio de Freire, también
contribuyen a una mayor adhesión al tratamiento ya que no causa sedación, somnolencia, visión borrosa ni cefalea.
“
La Betahistina es el medicamento gold standard en el tratamiento del Síndrome de Menière ya que controla eficazmente los síntomas, tiene un amplio rango de seguridad y muy pocos efectos adversos”, ha asegurado la galena.
Finalmente, la médico otorrinolaringólogo ha hecho un
llamado a la ciudadanía a no descuidar su salud y acudir al médico de presentar algunos de los síntomas relacionados con el Síndrome de Menière para así prevenir cuadros severos.