Edición Médica

Roberto Ponce, director nacional de Calidad de los Servicios y Yogney Fernández, coordinadora de Gestión de Calidad del HFIB.

Cristina Coello. Quito
Según reportes de la Organización Mundial y Panamericana de la Salud (OMS/OPS) el 61 por ciento de los trabajadores sanitarios en todo el mundo no se lavan las manos cuando es necesario.
 
De allí que cada 5 de mayo se hace hincapié en esta acción que puede salvar vidas y ayuda en una atención más segura de los pacientes.
 
Roberto Ponce Pérez, director nacional de Calidad de los Servicios de Salud del Ministerio de Salud (MSP), ha sido el encargado de hacer un llamado a los profesionales ecuatorianos sobre esta importante acción.
 
Ponce ha mencionado en REDACCIÓN MÉDICA que una de las mayores preocupaciones en atención sanitaria son las infecciones asociadas a la atención sanitaria (IAAS) y una de las medidas más económicas para evitarlas es precisamente la correcta higiene de manos.
 
“Lamentablemente, algunos profesionales no saben lavarse las manos adecuadamente o no tienen esta buena práctica”, ha admitido Ponce.
 
De allí que el MSP sigue trabajando para que cada establecimiento de primer, segundo y tercer nivel “cuenten con un comité de control de infecciones que haga hincapié en las áreas de hospitalización”, ha asegurado.
 
La seguridad en el paciente es una actividad “inherente al proceso sanitario en el cual no solo gana el paciente sino también el profesional, porque se cuida la práctica asistencial”, ha reiterado.
 
Según el director, en los hospitales son precisamente las áreas críticas las de mayor porcentaje de IAAS dada la condición inmunitaria de los pacientes. “Neonatología, unidades intensivas de Neonatología, críticas de adultos, quirófanos” es donde hay que dar mayor atención, debido a la existencia de mayor porcentaje de infecciones, ha mencionado.
 
Por su parte, Yogney Fernández, coordinadora de Gestión de Calidad del Hospital pediátrico Francisco de Icaza Bustamante (HFIB) de Guayaquil, ha considerado que la higiene de manos “es una de las prácticas asistenciales más importante que toda institución debe fomentar para minimizar los riesgo de eventos adversos”.
 
La especialista considera además que esa acción permite reducir costos en la institución y además previene la resistencia antimicrobiana.
 
No obstante, Fernández ha considerado que no solo el personal sanitario debe tomar en serio el lavado de manos, también lo deben hacer los familiares de los pacientes internos.
 
Según la coordinadora, en el departamento de Gestión de Calidad “se hace seguimiento y monitoreo del cumplimiento de esta acción con un informe mensual, donde se validan las prácticas organizacionales requeridas y todos los porcentajes, indicadores y variables”.
 
El HFIB tiene una tasa de IAAS de 0,8 por ciento y según Fernández, está dentro de los rangos internacionales, que estiman en 10 por ciento los pacientes que podría producir un evento adverso.
 
Guía de uso de antibióticos.
 
El HFIB, además del lavado de manos, ha trabajado en la elaboración de una guía de uso racional de antibióticos, como una medida adicional a la lucha contra las resistencias.
 
“Ciertos antibióticos no pueden ser recetados por médicos generales o pediatras sino solo por especialistas del servicio de Infectología, con un control y registro de esquemas para evitar que los pacientes reciban medicación innecesaria”, ha manifestado la coordinadora.
 
Fernández ha advertido que “muchos padres automedican a sus hijos o no cumplen con el tratamiento completo y tenemos aumento de resistencia. Por eso la lucha contra la resistencia a los antibióticos depende del personal de salud y de la comunidad”, ha manifestado.

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