REVISIÓN COCHRANE
¿Cuál es el verdadero efecto del etiquetado calórico en el consumo de alimentos?
Los pequeños cambios diarios podrían tener efectos significativos si se mantienen a largo plazo
Se examinó la evidencia de 25 estudios científicos.
|
Redacción. Quito
Una nueva
revisión de Cochrane ha observado que el etiquetado calórico de los alimentos en las cartas de menú y los productos hace que las personas elijan ligeramente
menos calorías.
El equipo de investigación, dirigido por científicos de la
University College de Londres (UCL) y otras universidades británicas, ha examinado la evidencia de 25 estudios sobre el
efecto del etiquetado calórico en la selección y el consumo de alimentos.
Según el informe, se ha encontrado que las etiquetas calóricas en
supermercados,
restaurantes y otros puntos de venta de alimentos dieron lugar a una pequeña reducción de las calorías que seleccionaron y compraron las personas. La reducción media fue del 1,8 por ciento, lo que equivaldría a 11 calorías en una comida de 600 calorías, o alrededor de dos almendras.
Los pequeños cambios diarios en el
consumo de energía podrían tener efectos significativos si se mantienen a largo plazo, y la mayoría de los adultos tienden a aumentar de peso con el paso del tiempo.
Cochrane ha dado a conocer un informe del gobierno del Reino Unido que calculó que el 90 por ciento de las personas de 20 a 40 años en Inglaterra engordarán hasta 9 kg en 10 años, y que la
reducción de la ingesta calórica diaria en 24 calorías por día (aproximadamente el 1 por ciento de la ingesta recomendada para los adultos) evitaría este aumento.
La nueva actualización
"Nuestra revisión sugiere que el etiquetado calórico da lugar a una
reducción moderada de las calorías que compran y consumen las personas", ha declarado su autor principal,
Gareth Hollands, del UCL Social Research Institute, también profesor sénior visitante de la Universidad de Cambridge. "Esto podría repercutir en la salud a nivel de la población, pero
el etiquetado calórico claramente no es la panacea. La versión anterior de esta revisión de 2018 informó sobre un efecto posiblemente mayor, pero no fue concluyente por la significativa incertidumbre sobre los resultados. Esta actualización ha reducido esa incertidumbre y ahora podemos afirmar con confianza que es muy probable que haya un
efecto real, aunque modesto".
La nueva actualización ha recopilado la evidencia de 25 estudios con importante énfasis en contextos de
condiciones reales, ya que 16 de los estudios se realizaron en restaurantes, cafeterías y supermercados. Los estudios analizados incluyeron a más de 10.000 participantes de países de ingresos altos, incluidos Canadá, Estados Unidos, Francia y Reino Unido. Solo dos de los estudios incluyeron
bebidas alcohólicas y sus resultados fueron demasiado inciertos para sacar conclusiones significativas.
El efecto en la salud pública
"Esta revisión refuerza la evidencia de que el etiquetado calórico puede conllevar reducciones pequeñas pero consistentes en la selección calórica", ha insistido otra de las autoras
Natasha Clarke, de la Universidad de Bath Spa, que comenzó el proyecto en la Universidad de Cambridge. "Aunque el efecto general sobre las comidas individuales o la compra de alimentos pueda ser moderado, la evidencia es sólida. El
efecto acumulativo a nivel poblacional podría suponer una importante contribución a la salud pública, especialmente a medida que el etiquetado calórico se generalice".
Aunque el etiquetado calórico parece prometedor, aún existen dudas acerca de su posible efecto en las personas con riesgo de
trastornos alimentarios. La revisión ha detectado que faltan datos en los estudios incluidos sobre los posibles
efectos perjudiciales, incluidas sus repercusiones en la
salud mental, y los autores recomiendan que los futuros estudios evalúen esta variable, ha comentado Cochrane.
"El etiquetado calórico para reducir las calorías que consumen las personas sigue siendo algo
polémico, tanto en cuanto a si tiene algún efecto como a si los posibles beneficios superan los posibles riesgos o daños", ha añadido Gareth.
"Ahora podemos afirmar con una confianza considerable que tiene un
efecto pequeño, pero potencialmente importante en la selección alimentaria de las personas. Por lo tanto, el etiquetado podría ser útil, idealmente junto con un conjunto más amplio de estrategias que atribuyan más responsabilidades a la industria que a los individuos, como
impuestos, restricciones de comercialización y
reformulación. Sin embargo, no debemos esperar milagros, y cualquier implantación del etiquetado calórico debe sopesar los muchos efectos positivos y negativos posibles de dichas políticas", ha concluido el informe.