Edición Médica

Irene Torres, Sociedad Ecuatoriana de Salud Pública y Fundación Octaedro.

Jonathan Veletanga. Quito
Ecuador inició el mes de julio con cambios en el sistema de semaforización, los cuales según el Comité Nacional de Operaciones de Emergencia (COE) “pretenden desescalar el confinamiento y lograr la reactivación productiva del país para enfrentar el impacto económico provocado por la pandemia por el CoVID19”. Dispuso algunas excepciones para Quito.
 
Los cambios más importantes se dan en los colores amarillo y verde, que están vigentes en 184 cantones del país (179 en amarrillo y 5 en verde). Se mantienen en rojo 37 cantones.

Entre las mayores cambios para “desescalar el confinamiento” se encuentran que los vehículos particulares podrán circular el domingo según el último digito de la placa, el transporte urbano e interprovincial circularán con el 50 por ciento del aforo, los centros comerciales y restaurantes atenderán al público con el 50 por ciento del aforo (en Quito se mantiene el aforo del 30 por ciento).
 
Se autorizan velorios, reuniones sociales o ejecutivas con presencia de hasta 25 personas (cumpliendo con el distanciamiento social de hasta dos metros y aplicación de medidas de bioprotección); se da la apertura de cines y teatros con el 30 por ciento de su aforo permitido (solo en Quito permanecerán cerrados estos establecimientos); se reanundan las actividades en sitios arqueológicos, zoológicos, museos y parques nacionales, con excepción del Parque Nacional Yasuní; se reactivan las actividades de entrenamiento formativo en piscinas en espacios cerrados deberán respetar los protocolos de bioseguridad y los lineamientos emitidos por el COE Nacional.
 
Y para reactivar el sector turístico, se ha aprobado la apertura de varias playas a partir del próximo 22 de julio, con la implementación del sistema de videovigilancia ‘Distancia 2’ del ECU-911. El listado oficial se dará a conocer en las próximas semanas.
   
Irene Torres, miembro del directorio de la Sociedad Ecuatoriana de Salud Pública y directora técnica de la Fundación Octaedro, en diálogo con EDICIÓN MÉDICA, ha considerado que muchos de estos cambios se dan por la “presión local y la necesidad económica” de la población. Por lo tanto, algunos de estos, como por ejemplo abrir las playas, son un “desacierto” y harán que los contagios de CoVID19 continúen, incluso se podrían generar brotes graves.   
 
Para Torres, estos cambios se generan porque el país no tiene verdaderas medidas de protección social y económica. Entonces, “con o sin restricciones la gente seguirá saliendo a las calles y aglomerándose, no por la llamada indisciplina sino por la necesidad económica”.
 
La salubrista ha considerado que el Estado no quiere admitir que está buscando una inmunidad de rebaño. “En efecto es lo que está pasando”, y se debe a la falta de capacidad para atención en salud (particularmente en el primer nivel), de un sistema de coordinación intersectorial organizado, de credibilidad en la autoridad sanitaria nacional, de una adecuada estrategia de comunicación, a los limitados recursos, a falta de expertos y especialistas, entre otros aspectos. En este sentido, ha expresado su preocupación ante el hecho de que se ha cambiado tres veces al director nacional de vigilancia epidemiológica en lo que va de la pandemia.
 
Para Torres, el sistema de semaforización tampoco resultó ser buena herramienta, muestra de ello es que los propios GADs no conocen cómo evoluciona la pandemia a nivel local y tampoco son transparentes en los datos que proporcionan.
 
“Muchos países han ido cambiando sus estrategias de control a lo largo de la emergencia porque no han tenido el impacto deseado, no entiendo por qué el Gobierno mantiene el sistema de semaforización cuando ha quedado claro que no es la mejor estrategia”, ha insistido.
 
Por estos y otros motivos, Torres ha sostenido que durante los próximos meses “continuaremos con el transcurso natural de la pandemia”. No obstante, ha sido enfática en decir que el Gobierno debe cambiar de estrategia de contención y abordar la pandemia como la verdadera emergencia que es. Caso contrario el impacto de la CoVID19 nos acompañará por mucho tiempo.
 
La advertencia

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ya advirtió a los países de la región sobre el riesgo que implica relajar las restricciones demasiado pronto. Por ello ha pedido adoptar un enfoque escalonado en fases y prepararse para imponer nuevamente medidas preventivas si cambia la situación epidemiológica local.
 
“Los gobiernos locales y nacionales deben permitir que la dinámica de la transmisión establezca el cronograma para la reapertura”, ha sostenido Carissa Etienne, directora de la OPS, en rueda de prensa.
 
Para la OMS, antes de relajar las restricciones los países deben cumplir ciertos criterios: disminuir sostenidamente la transmisión de la CoVID19, tener una baja tasa de ocupación de camas hospitalarias, garantizar el acceso a pruebas diagnosticas, informar los resultados rápidamente, rastrear y aislar los casos, asegurar la dotación de equipo de protección personal (EPP) a los trabajadores de la salud, y desarrollar capacidad suficiente para detectar y controlar nuevos brotes.
 

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