¿Qué relación existe entre la actividad sexual y el cáncer de cuello y cabeza?
El tabaco y el alcohol también son factores de riesgo
Cristhian García, crujano especialista del HEEE.
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Cristina Coello. Quito
En Ecuador la mayor incidencia de casos de cáncer de cuello y cabeza
se producen por el virus del papiloma humano (VPH), ha afirmado en REDACCIÓN MÉDICA, Cristhian García, cirujano especialista del Hospital de Especialidades Eugenio Espejo de Quito (HEEE).
Aunque la incidencia en general de esta enfermedad se ha mantenido (se estima que en el país se registran 2,4 casos por cada 100.000 habitantes), según García, los casos aumentan dramáticamente en los grupos de
personas comprendidas en edades de 30 a 40 años.
Con motivo del
Día Mundial de este cáncer, que se conmemora cada 27 de julio, el especialista ha precisado que “este grupo es el más afectado debido a la exposición o contagio sexual del VPH”.
“El tipo de cáncer relacionado con ese virus es
directamente relacionado por el contagio sexual, el sexo oral. El contacto con la mucosa (de la región orofaringe) predispone que este virus se encuentre en un ambiente favorable para desarrollar un tumor”, ha explicado García.
De allí que el especialista ha advertido sobre la directa relación de este cáncer y la actividad sexual por lo que ha considerado importante continuar las
campañas preventivas ya que eso ha “hecho posible que los tumores sean identificados más tempranamente y tratados de manera eficiente”.
Por otra parte, García ha aclarado que la vacuna del VPH que se aplica en el país está dirigida para la cepa causante del cáncer de cuello uterino. Para este otro tipo de cáncer, “la cepa que afecta con más frecuencia
es otro subtipo del cual todavía no se ha realizado una vacuna”.
Por ello, ha sido enfático en señalar que la “
mayor promiscuidad de los adultos jóvenes hace más difícil su control”. No obstante, también ha señalado que otros factores importantes son el consumo de
cigarrillo, alcohol, la falta de higiene oral y el uso inadecuado de prótesis dentales.
El especialista ha insistido en que los profesionales sanitarios deben
hacer prevención e informar a la comunidad sobre estos factores de riesgo, “sobre todo tener protección adecuada el momento del contacto sexual”.
Para identificarlo
García ha hecho hincapié en que es posible identificarlo cuando hay
lesiones en cualquier parte de la estructura del cuello y cabeza (rinofaringe, laringe, faringe, boca, nariz, tec.) que puede presentarse como una llaga sangrante o úlcera que no cicatriza en más de 15 días. Se realiza algunos exámenes incluida una biopsia.
Otros signos de alarma son las
inflamaciones en el cuello (ganglios) por más de dos semanas, cambios en la voz, deglución y respiración.
Una vez identificada la lesión maligna, “en cualquier estadio, después de una valoración y si es factible de
cirugía, ésta es el
primer tratamiento para eliminar el tumor”. Esta puede incluir resecciones pequeñas o más grandes.