Edición Médica

Gabriela Zambrano, médica y docente universitaria.

Jonathan Veletanga. Quito
En menos de un mes se han confirmado seis casos de viruela del mono en Ecuador, dos de ellos han recibido el alta y los otros siguen en aislamiento médico. Si bien aún no se ha determinado que exista transmisión comunitaria de la enfermedad, el Ministerio de Salud Pública (MSP), sin dar mayores detalles, ha anunciado que está analizando la posibilidad de comprar un cierto número de dosis de la vacuna contra esta patología, que se recomendaría para poblaciones vulnerables.
 
¿Hay que preocuparnos por un brote de viruela del mono en el país? ¿Qué estrategias debe implementar el país para prevenir la propagación de la enfermedad? EDICIÓN MÉDICA ha conversado al respecto con Gabriela Zambrano, especialista en Medicina Interna, profesora de Infectología e Inmunología de la Universidad Central del Ecuador (UCE).
 
Seguramente, el aumento de casos de viruela símica en el país será progresivo, así como se ha visto en otros países de la región de las Américas, donde en cuestión de días los contagios se incrementaron de manera importante (de hecho, en Estados Unidos los profesionales de salud ven 8 pacientes con viruela del mono a diario).
 
Por este motivo, es fundamental prepararse para cortar la transmisión del virus Orthopoxvirus, diagnosticar los pacientes y educar a la ciudadanía sobre cómo se transmite la enfermedad, ha estimado, la especialista.
 
La especialista ha considerado que es momento de empezar a gestionar la vacuna contra la viruela del mono, Jynneos o también conocida como Imvamune, que ya ha sido aprobada por la FDA, además de aquellos medicamentos antivirales aprobados para el tratamiento de la viruela y que necesitan los pacientes inmunocomprometidos, como el tecovirimat y brincidofovir.
 
Si bien el tema de los medicamentos es poco probable que suceda en el país, por el factor riesgo-beneficio “es más loable vacunar a la población”, específicamente a los grupos más vulnerables como los profesionales de la salud, personal de Laboratorio, hombres que tienen sexo con hombres y población LGBTI (sin estigmatizar), así como los niños, ya que se han reportado casos infantiles a nivel global, ha agregado.
   
En este sentido, la galena espera que se lleve a cabo pronto esta estrategia de vacunación contra viruela a nivel nacional. La vacunación sirve para romper la cadena de transmisión. “No hay que ser reactivos, las autoridades deberían ya actuar”, ha dicho.  
 
Campañas fuertes de comunicación
 
En cuanto a educación, ha señalado que es importante dar a conocer que, en toda erupción cutánea debe ser descartada la posibilidad de viruela símica, independientemente de la orientación sexual de la persona.
 
Asimismo, que los contagios se producen por contacto directa (piel con piel, con fluidos corporales o gotitas respiratorias) o contacto íntimo sexual. Por ello, es viable retomar con énfasis las medidas de prevención básicas de toda pandemia: uso de mascarilla, lavado de manos con solución alcoholada de más del 60 por ciento, distanciamiento social y evitar contacto directo con una persona sospechosa.
 
“Estas medidas también sirven para enfrentar la nueva ola de COVID-19”, ha enfatizado.  
 
Además, se debe enseñar que el aislamiento para esta enfermedad es de entre 3 a 4 semanas o incluso hasta que las lesiones desaparezcan de la piel. “Esto es algo importante a recalcar”.
 
Para la galena, también hay que realizar un plan informativo fuerte porque seguimos sin una verdadera comunicación de riesgo, por ello que no se está alertando de manera adecuada a la ciudadanía.   
 
Este plan debería contemplar información en tiempo real sobre los casos confirmados, los casos sospechosos, las altas médicas y las lesiones reportadas. “Esto no sucede acá y eso nos da una falsa percepción de seguridad”, ha señalado.   
   

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