Edición Médica

Comunidad Chachi, en la provincia de Esmeraldas. Foto: cortesía de Proyecto EcoDeSS.

Jonathan Veletanga. Quito
Mientras incrementan de manera sostenida los casos de COVID-19 en Ecuador, también se está reportando un aumentado de casos de malaria en zonas rurales de la provincia de Esmeraldas, un brote que puede expandirse y constituirse en otro gran problema de salud.
 
William Cevallos, docente investigador del Instituto de Biomedicina de la Universidad Central del Ecuador (UCE), quien realiza un estudio de vigilancia activa de dengue y zika en esta provincia, ha alertado que en las comunidades Chachis, al norte de Esmeraldas, se reporta un aumento importante de Malaria P. falciparum, que está asociado a formas graves e incremento de mortalidad.
 
“En Esmeraldas ciudad también se están reportando casos de malaria”, pero como no hay un control activo, diagnóstico oportuno ni tratamiento  adecuado, el brote se puede extender a otras zonas, ha agregado en diálogo con EDICIÓN MÉDICA.
   
Cevallos ha explicado que esta situación se está dando por dos factores principalmente: porque han disminuido los recursos para el control de enfermedades epidémicas y endémicas, como la malaria, el dengue, zika, chikungunya, entre otras, y la poca capacidad de respuesta que tiene el Ministerio de Salud Pública (MSP).
 
“El MSP está destinando la mayor parte de recursos, humanos, financieros, suministros médicos, infraestructura, etc., a la contención de la pandemia de COVID-19, en decremento de otras enfermedades vectoriales transmisibles que se dan en las zonas tropicales y subtropicales. Concretamente en este momento, en la zona norte de Esmeraldas, las comunidades Chachis tienen un brote de malaria P. falciparum confirmado por laboratorio del MSP”, ha asegurado.
 
Lo grave de esta situación es que insuficientes medicamentos (en cantidades mínimas) para el tratamiento inmediato, oportuno y concreto de malaria P. falciparum en estas zonas. “En este momento, el Distrito de Salud 08D02 del cantón Eloy Alfaro, al cual pertenecen estas comunidades, únicamente tiene hidroxicloroquina, es decir, no tiene ni siquiera para trata de forma completa la malaria P. vivax, que es la que causa casos menos graves”. Entonces, no se está dando una respuesta oportuna en cuanto a tratamiento.
 
Cevallos ha considerado que el MSP está dando una “respuesta reactiva” al aparecimiento de casos de malaria. Por este motivo, las brigadas médicas se movilizan solo cuando aparecen casos confirmados por laboratorio, más no hay un sistema de vigilancia activa.   
 
“Desde hace unas semanas nuestros proyecto está recibiendo denuncias desde el centro de salud hospital Zapallo Grande que no tiene tratamiento para malaria P. falciparum… Hemos confirmado que todo depende de que se despache el pedido desde la planta central del MSP, sin embargo, aún no llegan los tratamientos”, ha manifestado el investigador.
 
Ante esta situación, Cevallos ha reiterado que en el marco de una pandemia como la de COVID-19, es fundamental que no se descuiden a las enfermedades tropicales marginadas, puesto que pueden extenderse en diversas zonas y por ende aumentar la mortalidad. La co-infección de coronavirus con arbovirus se puede dar, y puede ser mortal, por ello en estas zonas se debe promover un diagnóstico diferencia de COVID-19, malaria y dengue.
 
A criterio del investigador de la UCE, este brote de malaria y la débil respuesta por parte del MSP alerta el resurgiendo de la malaria P. falciparum, lo cual desecha la idea de su eliminación en la zona norte de Esmeraldas y en el país.
 
Hasta hace unos años, ya no se reportaban casos de malaria P. falciparum, y los que se notificaban eran en su mayoría por P. vivax, esto era una buena señal para la eliminación de la malaria en el país.

---