Contra la hipertensión, el reto está en romper los esquemas de los malos hábitos
El primer nivel de atención trabaja en prevención
Cardiólogos Cristhian Jerez y Luis Narváez.
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Cristina Coello. Quito
Aunque los profesionales sanitarios intenten
diagnosticar tempranamente la hipertensión, se enfrentan a una barrera aún más fuerte como es la cultura, en su intento por detener la creciente incidencia de esta patología, directamente relacionada con otras enfermedades crónico degenerativas.
Los malos hábitos, adquiridos culturalmente, son para el cardiólogo
Luis Narváez del Hospital del IESS Quito Sur (Instituto de Seguridad Social) el gran reto a enfrentar, ya que los pacientes no lo ven como un importante
factor de riesgo.
Por ejemplo, “mientras un paciente considera a la
ingesta de alcohol como algo normal socialmente”, para el médico es un elemento que pone en riesgo su esfuerzo por mantener en valores aceptables su hipertensión y lo mismo ocurre con los hábitos alimenticios o de actividad física, ha explicado Narváez a REDACCIÓN MÉDICA.
“Como país tenemos una dieta hipercarbonada, rica en azúcares refinadas y sobre todo poco consumo de harinas de origen integral. Pero
no podemos imponer una dieta porque a la larga la mayoría de pacientes muestran poca adherencia. Entonces, el objetivo es introducir el consumo de fibra, alimentos ricos en potasio y eliminar todos los embutidos, conservas y enlatados por su gran contenido de sodio”, ha considerado.
Por su parte,
Cristhian Jerez, cardiólogo del Hospital General Guasmo Sur, la atención médica no implica solo la prescripción de medicamento, “hay que incentivar a eliminar o modificar los factores de riesgo” y para ello se apoyan en el primer nivel de atención.
Para los dos especialistas hay mucho que hacer en en cuanto a prevención, ya que todos saben que la hipertensión es la
principal causa de morbimortalidad en nuestro país.
Además, han reiterado que la hipertensión arterial no se cura, pero los valores pueden llegar a nivel aceptables con un
cambio de estilo de vida.
Para ello están trabajando en sus respectivas unidades de salud con
equipos multidisciplinarios (deportólogo, psicólogo, cardiólogo, nutricionista), han comentado.
A decir Narváez, “es primordial ese equipo para romper las barreras culturales como el alcoholismo” y así mismo,
mejorar otras acciones como aumentar el consumo de frutas y vegetales diarios.
Los dos cardiólogos también han insistido en que el
tratamiento de la hipertensión debe ser individualizado y en primer nivel, a partir de los 30 años, hacer un cribado de los factores de riesgo cardiovascular (sobrepeso, perímetro de cintura, dislipidemia e hipertensión arterial como tal).