ASPECTOS A CONSIDERAR
Donación de sucedáneos de leche materna en catástrofes ¿Qué dicen los expertos?
Organismos internacionales han elaborado guías operativas
Fernando Aguinaga y Betzabé Tello.
|
Cristina Coello. Quito
Además de la emergencia sanitaria por la pandemia de la COVID-19, el país enfrenta varios
eventos naturales que ha dejado a mucha población en situación de mayor riesgo como las
inundaciones y el aluvión en la capital.
Y si bien estas situaciones han motivado la solidaridad ciudadana y se
promueve la donación de ropa, vituallas, enseres y alimentos, entre ellos los sucedáneos de la leche, algunos profesionales de la salud han recordado que existen guías operativas que pueden orientar a la población y a las autoridades.
Betzabé Tello Ponce, del Centro de investigación para la salud en América Latina (CISeAL) de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), ha explicado a EDICIÓN MÉDICA que las donaciones de sucedáneos de la leche “deben ser recibida por el Ministerio de Salud Pública (MSP) y ellos canalizar a los
casos excepcionales que requieran recibir esa leche de fórmula”.
“Lamentablemente tenemos en la cabeza que los bebés deberían alimentarse con productos como
la leche de fórmula, pero debemos pensar que estamos en situación de emergencia, y en esa situación
no existe agua segura o potable y para preparar ese alimento se necesitan algunos pasos, que incluyen lavarse las manos con agua y jabón, usar agua potable para diluir la leche y tener un biberón esterilizado y de buena calidad”, ha detallado Tello.
No obstante, ha sido enfática en señalar que, por ejemplo, en la zona del aluvión en Quito o las zonas inundadas de Cotopaxi no existen las
condiciones higiénicas para proveer a los lactantes de ese alimento preparado y, por lo tanto, se podría originar un problema de salud aún mayor para estos niños.
“Si fallamos en alguno de los pasos para preparar la fórmula
podemos contaminar la leche y causar una enfermedad gastrointestinal. Las recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), UNICEF (Organismo de la ONU para la Infancia) y el MSP en situaciones de emergencias es proveer
solamente la leche materna en los menores de seis meses y de forma complementaria hasta los dos años o más”, ha recalcado Tello.
Y en ese sentido, la investigadora y docente de la PUCE ha advertido que el balance global en esos casos “es de más muerte en situaciones de emergencia cuando los niños se alimentan de los sucedáneos, por
la diarrea y deshidratación”.
Los donantes tienen buena voluntad, pero
no consideran esos aspectos de la salubridad, pero son las autoridades las encargadas de orientar esas acciones, ha comentado la especialista.
Tello también ha hecho énfasis en las
ventajas de la leche materna que además de nutritiva posee muchos cuerpos biológicos que protegen al bebé y tiene ventajas sobre las formula que son cuerpos inertes.
“Si donamos sucedáneos porque creemos que es una fuente de proteína en alimentación, desincentivamos la lactancia materna, las madres
van a sentir que su leche no tiene valor. Luego una madre cuando se engancha a dar leche de fórmula se condena a seguir comprando en detrimento de la economía de la familia” y finalmente se afecta el estado emocional de los dos, ha insistido.
Tello ha recalcado que “cuando la madre da de lactar
libera oxitocina y eso disminuye el cortisol que es la hormona del estrés. Y los niños que lactan y están junto a sus madres se tranquilizan. Mentalmente eso les apoya a los dos y eso no pasa con la fórmula”.
De allí que la especialista ha recordado que la OPS elaboró la ‘
Guía de Alimentación de lactantes y niños/ as pequeños/as en emergencias’ y la organización Save de Children junto a otras instituciones han difundido directrices y herramientas para apoyar los programas de alimentación de lactantes durante las situaciones de emergencias
(Aquí el documento).
Tello ha insistido en
no donar leche de formula “porque el balance general es diarrea y muerte” y ha sugerido que aquellas madres tengan a su alcance buenos alimentos y agua segura. “Si donan, que sea alimentos de verdad”, ha pedido.
"Hay
situaciones específicas para usar las leches de fórmula como madre fallecida o ausente, madre demasiado enferma, madres que viven con VIH, o lactantes que estaban siendo alimentados artificialmente antes de la emergencia", ha añadido.
Por su parte,
Fernando Aguinaga, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Pediatría de Pichincha (SEPP) ha resaltado la necesidad de contar con un equipo técnico que administre las donaciones y valore las necesidades de cada familia.
“
Los sucedáneos de la leche no son una prioridad en la mayoría de casos, pero no sabemos si dentro de los afectados hay madres que lastimosamente no pueden dar de lactar, sea porque están heridas, o porque son las encargadas de los trámites para ayudar a su familia, o incluso están en tareas de limpieza tras el desastre natural. Es difícil cerrarnos a una posición y ver un solo lado de la cara de la moneda”, ha opinado Aguinaga.
Aun así, el presidente de la SEPP ha recalcado que deberá ser un
equipo organizado por las autoridades el que evalúe la edad de los niños y provea del alimento que necesiten. “No es momento de discutir si les dieron bebidas con o sin azúcar u otros alimentos procesados. Es momento de
asesorar a las familias para que lo que reciben sea utilizado de forma adecuada”.
Aguinaga también ha recordado que el Ecuador es uno de los países
con mayor porcentaje de desnutrición infantil y muchos de los niños que ahora sufren la emergencia probablemente tenían esos problemas previamente.
“Es el momento de analizar no solo las donaciones, sino de apoyarles y enseñarles a mejorar su estado nutricional y que las autoridades puedan
dar un apoyo sostenido en el tiempo. El problema de las donaciones es que se acaban cuando la gente se olvida y esa gente queda desamparada”, ha advertido.
Por otro lado, el especialista ha sugerido
levantar un mapa epidemiológico de las zonas afectadas por desastres naturales y “ser más proactivos en el tipo de donación y las necesidades de la comunidad”.