ANÁLISIS ACADÉMICO
Ecuador debe realizar más pruebas COVID-19, si quiere pasar a endemia en los próximos meses
La poca capacidad de testeo y de control de focos calientes ha sido una debilidad el país en toda la pandemia
Alberto Narváez, profesor de la Facultad de Ciencias Médicas de la UCE.
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Jonathan Veletanga. Quito
Han pasado dos años desde que inició la emergencia sanitaria por COVID-19 en el Ecuador, y en este tiempo el país aún no ha logrado solventar uno de los aspectos fundamentales para el control de la pandemia (que ha sido uno de sus talones de Aquiles):
la oferta de pruebas PCR y pruebas rápidas.
La realización de pruebas es fundamental para controlar la epidemia, de manera que una
reducción en la oferta de estos test “prolonga” la pandemia, ha mencionado
Alberto Narváez, profesor de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Central del Ecuador (UCE), en diálogo con EDICIÓN MÉDICA.
Narváez, quien es PDH en Políticas de Control de Enfermedades, ha expresado su preocupación frente a esta situación, ya que ha realizado un análisis sobre el Índice de Positividad entre Ecuador y Colombia, que indica que
todavía hay mucha trasmisión en el país.
Ha encontrando que “Colombia, a pesar de tener un 10 y 15 por ciento menos en la cobertura de vacunación de segundas dosis e inclusive de tercera, ha disminuido mucho más su Índice de Positividad que nuestro país. Ellos ya llegaron a un 15 por ciento (de positividad), sin embargo, en la últimas dos semanas,
el Ecuador se ha mantenido (se ha estancado) en un 40 por ciento”, lo cual puede ser debido al feriado de Carnaval y a que se están realizando pocas pruebas, ha dicho.
Recomendación de Alberto Narváez.
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Narváez ha manifestado que Colombia ha bajado su Índice de Positividad porque hace muchas más pruebas que Ecuador, por cada 100.000 habitantes. Entonces, “
si queremos salir más rápido y pasar ya a endemia tanto por infección natural (porque siguen infectándose las personas) como por vacunación, hay que acelerar la aplicación de tercera dosis y aumentar la oferta de pruebas a nivel nacional, sobre todo en parroquias prioritarias”.
A criterio del académico, la vacunación contra COVID-19 (sobre todo de la tercera dosis) junto a la realización masiva de pruebas baja muchísimo la trasmisión del virus. “
Estas dos cosas nos pueden llevar más rápido a pasar a un nivel muy bajo de trasmisión”. Sin pruebas esto puedo tardar varios meses.
Según sus datos, en el país
alrededor de 120 – 150 parroquias acumulan el 80 por ciento de muertes totales por COVID-19, por ello hay que priorizar el control en estos lugares.
A su decir, en las próximas semanas deberían llegar al país cerca de 300.000 pruebas (entre PCR y de antígeno), con lo cual se puede mejorar la oferta a nivel nacional. “Serían suficiente para bajar la positividad al 5 por ciento y mantener ese ritmo por unos tres o cuatro meses”. No obstante, el problema es que, por lineamientos oficiales,
no se hacen pruebas masivamente, lo que es un error.
Se debe corregir esta situación y para ello hay que empezar a ofertar más pruebas en los centros de salud del Ministerio de Salud Pública (MSP) de las parroquias prioritarias.
“Hay que prepararnos para diciembre” porque en ese momento es posible que se observe un incremento pequeño de casos, ya que se reducirá la inmunidad por la tercera dosis, así como la inmunidad natural por ómicron.
Entonces, ante este panorama lo ideal es ofertar más pruebas. Caso contrario,
recién para el mes de julio el país podría llegar a una situación de más relajamiento y ya no uso obligatorio de mascarillas, ha considerado Narváez.
Análisis de Alberto Narváez.
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¿La pandemia está controlada actualmente en el país?
Para Narváez, todavía
no se puede afirmar que el Ecuador haya controlado la pandemia por dos razones: en datos reales el número de casos por 100.000 habitantes aún es muy alto (estamos lejos de llegar a 1 caso por 100.000), al igual que el índice de positividad que no baja de 30 por ciento (lo recomendable es que sea menor a 5 por ciento).
Si no se disminuyen estos dos indicadores no se puede decir que hayamos controlado la pandemia, ni mucho menos pasar a una endemia. Sin pruebas y sin vacunación de tercera dosis,
esta transición puede llegar en unos seis meses, aproximadamente. Pero, el problema es que mientras más tardemos más probabilidades existen que el virus mute.
Entonces,
Narváez ha insistido en que es fundamental vacunar con tercera dosis a los mayores de 50 años (tienen mayor riesgo de muerte) y aumentar masivamente la oferta de pruebas PCR y antígeno, principalmente.
Narváez ha sostenido que el país pudiera estar en una mejor situación, de haber tomado mejores decisiones. Por este motivo, ha calificado de “
fracaso” los dos años de control de la pandemia en el país. Lamentablemente, no hubo una estrategia determinada de control (solo medidas de restricción y cierres, que si ayudaron pero que no fueron suficientes) y tampoco se logró traer las dosis suficientes de vacuna contra COVID-19 (en primera instancia). Esto hizo que seamos uno de los países con más altas tasas de mortalidad en América Latina y en el mundo.
Con la llegada de las vacunas la situación del país mejoró, pero debido a la
falta de capacidad de testeo no se logró evitar un gran número de fallecidos (lo cual hubiese sido factible con una oferta más amplia de pruebas).
Durante toda la pandemia siempre fue una debilidad la
poca capacidad de testeo y de control de focos calientes. Por ello, esperemos que ahora, con la experiencia adquirida y las herramientas disponibles, las autoridades se adelanten a los posibles brotes y tomen mejores decisiones para que la perspectiva futura sea más alentadora, ha concluido.
Por el momento, los ciudadanos debemos
seguir con las medidas de bioseguridad y acudir a la vacunación de la tercera dosis, cuando llegue nuestro turno. Solo así podremos salir de la pandemia.