Edición Médica

Los países también deben invertir en aumentar el personal de la salud.

Redacción. Quito
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha informado que en la región de las Américas sigue descendiendo el número de casos y muertes por COVID-19, no obstante, esto no significa que la pandemia haya terminado. La enfermedad continúa siendo una emergencia de salud pública de importancia internacional. Por ello ha pedido “no bajar la guardia”.
 
Además, en vísperas de la celebración de la Semana de la Vacunación en las Américas, que se dará entre el 23 al 30 de abril, la directora de la OPS, Carissa Etienne, ha emplazado a los países a integrar sus esfuerzos de vacunación contra la COVID-19 en sus sistemas rutinarios de inmunización, ya que esto permitirá que las mujeres embarazadas se vacunen contra esta enfermedad junto con la vacuna contra la gripe y el tétanos, la difteria y la tos ferina; también posibilitará que los padres se vacunen mientras sus hijos se protegen contra enfermedades como el sarampión y la poliomielitis.
 
En medio de la pandemia los países establecieron sistemas de vacunación de emergencia y, “ahora, podemos aprovechar esta infraestructura y fusionarla con nuestros sistemas de inmunización rutinarios para que sea más cómodo y accesible para las familias ponerse al día con todas sus vacunas a la vez”, ha explicado Etienne, en conferencia de prensa.
 
“Algunos países como México, Ecuador y Bolivia ya están trabajando para integrar plenamente sus esquemas de vacunación contra COVID-19 con su vacunación de rutina… Los países también deben invertir en aumentar el personal de la salud para que haya suficientes personas calificadas para que manejen esta doble responsabilidad”, ha acotado.
 
Vacunación contra COVID-19 en la región
 
Según la OPS, 14 países de la región, incluyendo a Ecuador, ya han alcanzado el objetivo de la OMS de vacunar al 70 por ciento de su población antes de la fecha límite del 30 de junio y ocho más han logrado una cobertura del 60 por ciento. Esto es positivo, pero lamentablemente en algunas zonas del continente la inmunización se ha ralentizado o estancado.
 
“En el Caribe, menos del 30 por ciento de la población completó su primera dosis en Haití, Jamaica, San Vicente y las Granadinas y Santa Lucía. Y en América Latina, Guatemala, Guyana y Paraguay aún no han alcanzado a la mitad de su población. Ahora tenemos suficientes suministros de vacunas para satisfacer la demanda en toda nuestra región”, ha mencionado Etienne.
 
Más de dos tercios de las personas en América Latina y el Caribe ya han recibido dos dosis de la vacuna contra COVID-19, mientras que algunos países aún no alcanzan ni la mitad de su población, de acuerdo a cifras de la OPS.
 
Esto quiere decir que “aún no hemos alcanzado como región y como mundo los niveles que necesitamos para que este virus no siga causando casos y muertes… La única manera de acabar con esta fase aguda es lograr una cobertura alta de vacunación, mantener la vigilancia y contar con un buen manejo clínico”, ha enfatizado Ciro Ugarte, director de Emergencias en Salud de la OPS.
 
En este sentido, ha señalado que “seguimos en la fase en la que necesitamos esforzarnos para acabar con este virus, tratar a las personas y seguir vacunando”.
 
¿Es oportuno relajar las medidas de bioseguridad?
 
Ugarte ha dicho que es importante diferenciar el anuncio del fin de la pandemia “que no le corresponde a un país individual”, y el del fin de una emergencia declarada por un país frente a una enfermedad, que sí le compete.
 
“Si el país tiene baja transmisión comunitaria, alta capacidad de respuesta, alta cobertura de vacunación, un número de fallecidos muy bajo… y pocos casos positivos entonces estamos en condiciones de poder, quizás algunos países, declarar el fin de la emergencia”, ha especificado el galeno, ante la decisión de algunos países de la región de levantar el estado de emergencia sanitaria por la COVID-19.
 
En relación al uso obligatorio de mascarillas en espacios interiores, ha considerado que la recomendación “sigue vigente en todas las condiciones”. Todavía se recomienda su empleo “en cualquier escenario”.
 
“Hemos visto que en algunos de los países han reducido el uso de mascarillas a niveles voluntarios, y al mismo tiempo han reducido la detección de los casos. Esto es contradictorio. De tal manera que tienen que ir asociados a varios mecanismos”, ha acotado.
 

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