Edición Médica

Mauricio Espinel, director ejecutivo del INDOT.

Cristina Coello. Quito
Varios factores influyen en la decisión ciudadana de ratificar o no su condición de donante de órganos el momento de actualizar su cédula de identidad, entre ellos algunos mitos “irrazonables”, ha reconocido Mauricio Espinel, director ejecutivo del Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Órganos Tejidos y Células (INDOT).
 
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Espinel ha comentado que algunas personas consideran por ejemplo que “llegar incompleto al cielo”, o, que tenerlo registrado en la cédula facilita el tráfico de órganos son algunas de los mitos aceptados y difundidos por quienes se niegan a este acto altruista y solidario.
 
Si bien, desde el 2011, todos los ecuatorianos son donantes por ley, el 77.55 por ciento de los ciudadanos han decidido mantener su condición de donantes, pero más población está negándose.
 
Según Espinel, Ecuador tiene 5.3 donantes de órganos por millón de habitantes y es una tasa baja si se la compara, por ejemplo, con Argentina, que tiene 24 por millón. El país tuvo en algún momento un 97 por ciento de mayores a 18 años que aceptaban ser donantes.
 
“Al momento estamos alrededor del 77 por ciento como promedio a nivel nacional, pero hay provincias como el Carchi, donde hay 90 por ciento de personas que dicen sí a la donación y provincias como Guayas en donde el 60 por ciento dicen sí. Entonces hay un importante contraste”, ha mencionado.
 
La línea de acción para duplicar los donantes
 
El INDOT ha emprendido una cruzada de educación tanto ciudadana como médica para incentivar la donación y la procuración de órganos, ha mencionado el director, quien además ha propuesto reformas legales en un intento por mejorar el financiamiento de esta actividad.
 
La línea estratégica ha sido construir la denominada cultura de la donación, que es “un proceso continuo con varias líneas de acción”, ha explicado Espinel, entre las cuales están la promoción del trasplante en todas las unidades de primer nivel.
 
El directivo ha mencionado, por ejemplo, el caso de Estados Unidos, donde las personas incluso donan en vida su cuerpo para fines de educativos y científicos. “Algún día la sociedad ecuatoriana lo considerará”, ha opinado, pero claro también ha admitido que eso conlleva un proceso de educación.
 
Mientras se cumple ese anhelo, los espacios de las unidades de primer nivel han sido considerados ideales para conversar con la gente sobre el tema y visibilizar esa oportunidad de salvar 8 vidas con un solo donante y que otras 20 personas reciban tejidos.
 
“Hace falta visibilizar la situación, poner sobre la mesa de discusión en las familias, en nuestro trabajo, con los compañeros, esa posibilidad de ser donantes”, ha insistido el directivo, quien también ha manifestado la frustración de los equipos médicos cuando no completan los operativos ante la negativa de algún familiar.
 
En ese sentido, Espinel ha recordado el caso de un reconocido médico, quien colaboró en la erradicación de la oncocercosis en el Ecuador y por su intensa labor desarrolló insuficiencia hepática y luego insuficiencia renal. “Gracias al trasplante seguimos contando con el aporte de un valioso profesional, o el caso de una campeona panamericana de ciclismo, que gracias al trasplante renal puede seguir compitiendo”.
 
“Para poder hacer trasplantes necesitamos donantes y esos mitos urbanos perjudican” la labor, pero también ha manifestado la limitación de la institución en la promoción de la cultura de donación, “no se puede asignar una persona permanentemente para que esté haciendo promoción en las agencias del Registro Civil”, sería lo ideal pero no lo real, ha declarado.
 
Y en la búsqueda de acciones en beneficio de la actividad trasplantológica se ha establecido la certificación de establecimeintos amigos de la donación. Hasta inicios del 2023 van 66 unidades, aun así, las cifras de trasplantes reflejan que hay pocos donantes y la lista única de espera registra a más de 2.000 personas.
 
El año pasado se asentaron 440 donantes efectivos y para este año, Espinel ha dicho que espera duplicar la cifra mediante el trabajo de concientización y sensibilización sobre la donación de órganos y tejidos.
 
Y para toda esa actividad se necesitan recursos y en ese sentido, el directivo ha mencionado su propuesta de un fondo de garantía de la prestación, mediante una contribución en las planillas de luz, con lo cual motivará a las unidades de salud a realizar trasplantes por el pago de cada cirugía.
 
Formación médica
 
Espinel ha dado a conocer que otro aspecto para mejorar las cifras de trasplantes es la formación médica y en ese sentido ha anunciado que el Instituto Universitario Italiano de Rosario (Argentina) ha puesto a disposición del INDOT una “Diplomatura en Procuración de Órganos y Tejidos para Trasplante”.
 
El INDOT ha gestionado el acceso a una beca de estudios que financia el 50 por ciento del programa, con una carga horaria de 200 horas y una estancia en Argentina de 15 días. (En una próxima entrega, se darán detalles del programa).
 
El dato
 
Hasta enero de 2023, el INDOT ha acreditado a 74 establecimientos de salud para la actividad trasplantológica en el país.

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