Edición Médica

Dora Aguirre, Asamblea Nacional.

Diego Mosquera. Quito
Ecuador se encuentra entre los principales países contaminantes con mercurio del mundo y es el cuarto a nivel regional y esto se debe en gran medida a la liberación de mercurio en fuentes de agua y en el suelo por la minería artesanal y a pequeña escala, según ha informado la Asamblea Nacional.

En este sentido, el organismo legislativo ha ratificado el Convenio de ‘Minamata’, compromiso  internacional adquirido por el Ecuador, que pretende regular la extracción, comercialización, manejo y uso del mercurio para proteger la salud humana.

Dora Aguirre, vicepresidenta de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea, ha comentado a REDACCIÓN MÉDICA, que con este convenio se pretende regular de manera definitiva el uso de esta mineral en el país y ha recomendado la creación de una instancia de coordinación nacional para que los organismos como el Ministerio de Ambiente, Ministerio de Salud, Ministerio de Relaciones Exteriores, entre otros,  viabilicen una solución.

Durante su intervención en el Pleno, Aguirre ha explicado que “el mercurio liberado al medio ambiente es extremadamente nocivo para el ser humano creando alteraciones en el sistema nervioso, ocasiona problemas en el desarrollo cognitivo, la memoria, la capacidad de concentración, desarrollo del lenguaje, aptitudes motoras y visuales de los niños, además que puede ser transmitido de madre a hijo durante el embarazo”.

Antecedentes

En 2013, el Ministerio de Ambiente implementó el plan ‘Cero Mercurio’, que estipulaba vía ley orgánica, la prohibición definitiva  del uso de mercurio en actividades mineras.

Ese mismo año, la entonces ministra Lorena Tapia informaba durante la firma del convenio ‘Minamata’ que el Ministerio de Salud (MSP) desarrollaba un “modelo de gestión para la reducción, sustitución y eliminación de equipos, dispositivos y materiales que contienen mercurio en los establecimientos de salud públicos y privados del Ecuador”.

Sobre este tema, en la sesión 157, del 9 de agosto de 2015 realizada en la Asamblea, un delegado de la ministra de Salud informó que “existe un inventario que registra 166 mil dispositivos médicos que contienen mercurio, los cuales serían embodegados en su totalidad hasta 2017”.
 
 Percepción

Franco Romero, asambleísta por la provincia de El Oro, ha manifestado a este medio, que a pesar de las campañas para reducir el uso de mercurio en la minería, en el Ecuador no se ha avanzado en este sentido.

“A mi criterio las enfermedades relacionadas con este mineral se han incrementado en un 20 por ciento en los últimos 4 años, en el cantón Portovelo (comunidad minera), tenemos registrados casos de cretinismo en niños, cuya condición no les permite estudiar de manera normal”, ha dicho.

Romero ha enfatizado que el problema no solo se encuentra en la minería artesanal sino también en las llamadas ‘Plantas de Beneficio’ que utilizan el mercurio para refinar el cuarzo y otros minerales.

“Estas plantas son verdaderas industrias, en el caso de El Oro están construidas a orillas de los ríos Amarillo y Calera, estas dos fuentes fluviales que antes eran hermosas ahora están sin vida, es decir no hay fauna en sus aguas”, ha señalado.

Datos sobre contaminación

Según información de la Asamblea Pro-Defensa de los ríos: Gala, Chico, Tenguel y Siete, un estudio realizado en el 2007 por el Departamento de Gestión Ambiental del Municipio de Guayaquil, ha determinado que los niveles de contaminación con mercurio y otros minerales nocivos para la Salud son altos en estos ríos mencionados.

Así por ejemplo, los datos señalan que en el río Gala los niveles de mercurio, arsénico y vanadio, superan en 24.14, 12.5 y 7.12 veces el límite máximo permisible establecidos en los Criterios de Calidad de Suelo, respectivamente.

Mientras que las muestras de sedimento de un tramo del río Tenguel en el mercado de la cabecera parroquial, indicaron que la  contaminación  por mercurio supera 3 veces los valores permitidos.

“La situación previamente descrita, es muy preocupante debido a que las comunidades como práctica común, acostumbran a realizar el lavado de las vestimentas y la limpieza corporal en los ríos vecinos a falta de agua potable lo que incrementa la frecuencia de exposición por contacto con la piel”, ha indicado el informe.

---