Edición Médica

Hugo Espejo, Rodrigo Henríquez, David Larreátegui.

Cristina Coello. Quito
David Larreátegui, Hugo Espejo y Rodrigo Henríquez, docentes de la carrera de Medicina de la Universidad de las Américas (UDLA), han coincidido en señalar que una adecuada educación al paciente puede evitar alarmar la población, cuando aumentan rápidamente los casos de influenza.
 
“Es importante explicar a la población que nuestro país por estar ubicado en la línea ecuatorial es endémico de influenza. Es decir, tenemos gripe todo el año y de varios tipos. Es un tema permanente en el Ecuador”, ha asegurado Larreátegui, experto en infectología.
 
Según el docente, en nuestro territorio “todos los virus de influenza se mezclan, tanto los del hemisferio norte como del sur. Aquí llegan vientos de ambos lados. Es decir, es más difícil predecir qué virus van a circular cada año”, ha añadido.
 
Sin embargo, los estudios epidemiológicos han determinado que “siempre tenemos un pico de influenza anual, en diciembre y enero” en la zona Andina, mientras que, en la región costera es en agosto, ha asegurado Larreátiegui.
 
También ha insistido en que “la influenza ahora es menos mortal y no hay que alarmarse tanto” con el aumento de casos.

Factores de riesgo
 
Por su parte, Espejo, experto en Emergencia, ha insistido en que ese servicio debe hacer “prevención, mitigación y preparación, mucho antes del periodo de brote. Es decir, entre septiembre y noviembre. Eso facilitará la atención cuando llegue la gran cantidad de pacientes”.
 
Además, ha recalcado que durante el pico de brote de influenza “no es necesario hacer la prueba rápida a todos los pacientes. Los hacemos cuando tiene síntomas que no son típicos de influenza”.
 
“La educación al paciente es lo más importante. Cuando llega un paciente a emergencia, no solamente hay que dar tratamiento en caso de influenza, también es necesario advertir de la gran posibilidad de contaminación”, ha señalado.
 
Para el docente, es necesario “dar a conocer al paciente y su familia los factores de riesgo para evitar contagios. Además, recalcar que el 90 por ciento de afectados sale muy bien de la influenza sin hacer nada. Sin embargo, los médicos intervenimos para reducir la sintomatología” muy molestosa.
 
A decir de Espejo, un enfermo puede ser agente infeccioso un día antes de presentar los síntomas y 5 a 6 días después. De allí la importancia de fomentar el lavado de manos, el uso del ángulo interno del codo en caso de tos, evitar la expectoración al piso, el uso de mascarilla en caso de salir de casa, entre otras medidas.

El impacto económico
 
Henríquez, especialista en Medicina Familiar, en cambio, ha reiterado que los antivirales “no reducen la mortalidad, pero sí los síntomas. Sobre todo, si se administra los dos primeros días y en especial a los grupos de riesgo. La población en general no debería recibirlos”.
 
Entonces, el “éxito depende del talento y del trabajo fuerte que hagamos. No alarmar innecesariamente, más bien insistir en los mensajes de higiene todo el año”.
 
Para Henríquez el mayor impacto económico que causa la gripe es “por el ausentismo, tanto escolar como laboral, de allí la importancia de difundir las medidas de prevención para evitar los contagios masivos”.

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