El Baca Ortiz pone en marcha una unidad integral de atención de Ginecología, Código púrpura y desórdenes del desarrollo sexual
También se orienta a pacientes que acuden a Ginecología Pediátrica y de la Adolescencia
Gabriela Peñaherrera, líder de la unidad.
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Cristina Coello. Quito
Para integrar tres ejes de atención sanitaria frecuente en el
Hospital Pediátrico Baca Ortiz (HPBO) se ha puesto en funcionamiento la
unidad integral de atención de Ginecología, Código púrpura y desórdenes del desarrollo sexual.
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA la líder de esta unidad,
Gabriela Peñaherrera Cepeda, ha explicado que, si bien el equipo médico del hospital tiene “experticia y experiencia” para manejar tanto violencia de género como malformaciones, o desórdenes del desarrollo sexual, todos requieren un abordaje integral. “No solo es la esfera física y biológica, sino también la salud mental”, ha argumentado.
“Muchas veces doblábamos esfuerzos al tener servicios separados y en realidad los casos atraviesan todos los ejes de atención del ser humano. Era necesario un manejo interdisciplinar y ahora
Psicólogos, Pediatras, Ginecólogos, Endocrinólogos, Genetistas y otros
, trabajamos de forma integral”, ha añadido la especialista.
Código púrpura
Según Peñaherrera, el HPBO recibe a diario
víctimas de violencia de género; en su mayoría violencia sexual; niños, niñas y adolescentes quienes ya sea por demanda espontánea o referidos de otras casas de salud o por la Fiscalía, llegan a la Emergencia; donde al identificarse que se trata de un caso de sospecha o certeza de violencia de género, se activa inmediatamente el Código Púrpura; sin importar el tiempo transcurrido entre el hecho violento y la atención solicitada.
Ya son casi 5 años de aplicación del
Código púrpura, que no solo se lo identifica en Emergencia, también en consulta externa, ha añadido.
La ginecóloga especializada en infancia y adolescencia ha señalado que el objetivo en estos casos es cumplir con las disposiciones de Fiscalía en lo que concierne a salud; “dar una atención integral; garantizar los derechos de niños, niñas y adolescentes, evitar la
revictimización y participar del proceso de reparación de estas víctimas”.
Pero también ha observado que “muchas veces cuando hablamos de violencia nos centramos solo en la reparación física, pero en realidad esa parte casi siempre cura y no deja mayor secuela. Sin embargo, la parte emocional,
psicológica y social quedan muy afectadas, entonces también es importante el trabajo (sanitario) en conjunto”, ha insistido Peñaherrera.
Del 1 noviembre de 2018 al 28 febrero de 2023, el HPBO ha atendido 752 casos de
código púrpura. De ellos 175 fueron varones y el resto mujeres, 76.7 por ciento.
Ese código se atiende en 30 minutos máximo, ha asegurado la especialista. El equipo deberá cumplir la normativa técnica de atención a víctimas de violencia que incluye una evaluación, examen físico, tamizaje de infecciones de transmisión sexual y en el caso de las mujeres que ya han tenido su primera menarquia, se hace descarte de un embarazo. Si hay indicios, sospecha, o certeza de acceso carnal (violación) se hará la profilaxis antibiótica, antirretroviral y para embarazo en los casos pertinentes.
“Con mucho orgullo puedo decir que el HPBO trabaja de manera coordinada con las instituciones estatales como la Fiscalía, la Junta Metropolitana de Protección de Derechos de la Niñez y Adolescencia, la Defensoría del Pueblo y todos los establecimientos de la Red Pública y Complementaria de Salud para el abordaje integral de estos casos, lo que nos ha permitido llegar a varias
sentencias condenatorias de los agresores”, ha comentado Peñaherrera.
Desórdenes del Desarrollo Sexual
Los
desórdenes del desarrollo sexual (DDS) se caracterizan por un desarrollo atípico del sexo cromosómico, anatómico y/o gonadal, con una presentación variable; lo que puede conllevar a problemas psicológicos y sociales si no son abordados adecuadamente.
Para la líder de la nueva unidad, es necesario brindar un manejo interdisciplinario e integral con profesionales experimentados para atender sus necesidades y la de sus familiares, pues también se brinda atención a
personas no binarias.
Según ha mencionado, uno de los puntos importantes es el
consentimiento informado; que en estos casos en particular deben incluir el consentimiento expreso del niño, niña o adolescente tanto para los abordajes clínicos como también para los quirúrgicos; partiendo del hecho de que todos somos diversos y que el fin común será el bienestar integral de la persona.
También ha dejado claro que no todos los casos requieren
intervención quirúrgica; y otros que por cumplir el rango de edad, han sido dados de alta o derivados a otras instituciones de la Red Pública de Salud para intervenciones reconstructivas.
Dependiendo de los casos y luego de una consejería genética es posible realizar
cirugías de creación de neovaginas, clitoroplastias y genitoplastias feminizantes. En otros es necesaria la colocación de prótesis testiculares y otros procedimientos de alta complejidad.
La especialista ha recalcado que se busca garantizar la posibilidad de lograr un estado de
bienestar físico, mental y social; con un enfoque positivo y respetuoso.
La unidad
Peñaherrera ha considerado “un gran avance para el hospital el integrar estos ejes de trabajo” ya que a través de información completa, veraz, actualizada, clara y objetiva, “sin prejuicios morales ni religiosos, basada en la
evidencia científica e individualizando cada caso; permitiendo la toma de decisiones voluntarias y autónomas y respetando el derecho a la confidencialidad; en los casos de violencia basada en género, desórdenes del desarrollo sexual y personas no binarias y a todas las pacientes que acuden para atención en la especialidad de Ginecología Pediátrica y de la Adolescencia.
El dato
Los
lineamientos para el manejo y la interrupción voluntaria del embarazo en casos de violación han sido publicados el 20 febrero del 2023.
Todos los días el HPBO atiende casos de violencia.
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