CALIDAD DE MEDICAMENTOS
El HCAM emitió 487 reportes de efectos adversos al ARCSA
Se formó una unidad operativa de farmacovigilancia
Mauricio Heredia, gerente HCAM.
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Cristina Coello. Quito
Mauricio Heredia, gerente del hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), ha sido enfático en señalar que una de las principales competencias de una unidad de salud es realizar la farmacovigilancia.
A decir del directivo, esta acción es uno de los
complementos para garantizar la calidad de los medicamentos que se adquieren en la compra pública (realizada por el Servicio Nacional de Contratación Pública-Sercop) y aprobada por el ARCSA (Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria).
En entrevista con REDACCIÓN MÉDICA, Heredia ha comentado que al entregar ARCSA el
registro sanitario de un medicamento “significa que puede comercializarse y que ha presentado todos los requisitos necesarios que demuestran la eficacia, seguridad y calidad”.
También ha dejado claro que, los hospitales de la Red Pública, se abastecen de medicamentos a través de la
subasta corporativa y aquellos fármacos que no consten dentro del catálogo de esas compras, se lo hace mediante un régimen especial de adquisición, cuyo reglamento está normado por el ente rector de la Salud Pública en el país.
“Lo que nosotros tenemos que garantizar es la
farmacovigilancia. Todos los hospitales están obligados a vigilar la eficacia y la seguridad mediante el reporte de cualquier reacción adversa”, ha añadido
¿Cómo garantiza la calidad de los medicamentos el HCAM?
Heredia ha señalado que la institución ha formado “un comité y una
unidad operativa de farmacovigilancia. Es decir, tenemos personas que trabajan 24 horas levantando los reportes en todo el hospital, tanto en las unidades clínicas, quirúrgicas, como en consulta externa, quirófano, etc.”.
“Cuando
un médico tiene sospecha de un evento adverso la unidad operativa recoge la información en la denominada ficha amarilla y le dan seguimiento”. Eso ha permitido no solo verificar los posibles efectos adversos, sino también
observar problemas con la eficacia, ha mencionado Heredia.
Según el gerente, el HCAM es la unidad que
mayor cantidad de reportes ha hecho a nivel nacional. “La farmacovigilancia se la realiza en territorio y eso creo ha sido el éxito en este hospital”, ha mencionado.
¿Cómo hacen farmacovigilancia?
En el HCAM los médicos hacen un reporte muy básico en el cual solo se requiere establecer 4 criterios mínimos: el
nombre del paciente con el efecto adverso, cuál es el evento, el fármaco sospechoso y el nombre del notificador.
Luego los médicos llaman al personal de farmacovigilancia que será el encargado de llenar la ficha (amarilla), distribuidas en los servicios. “La fortaleza es
tener un equipo operativo de farmacovigilancia, que esté en territorio, por eso somos los que más reportamos”, ha resaltado el gerente.
Las competencias de cada institución
El gerente del HCAM ha insistido en que es la
ARCSA a quien le corresponde garantizar la eficacia y la seguridad de los medicamentos y al Ministerio de Salud Pública (MSP) expedir guías de práctica clínica, así como determinar la utilidad del cuadro nacional de medicamentos básicos o incluir los que están fuera y que hayan demostrado eficacia terapéutica y seguridad.
¿Qué hacer si no funcionan?
Si luego de la farmacovigilancia los expertos del hospital determinan que un medicamento no es seguro, “
se suspende el uso y queda en cuarentena. Luego es reportado a la ARCSA que será el encargado de verificar lo que sucede. Si no encuentran nada lo liberan y se sigue utilizando”.
Si el problema es la eficacia terapéutica se requiere otro manejo. En ese aspecto “estamos iniciando, Recién se están levantando modelos de estudios que nos permitan hacer el
reporte de falla terapéutica”, ha admitido Heredia.
Medicamentos para trasplante
En los inmunomoduladores que utilizan los pacientes con trasplante, también se hace farmacovigilancia. La mayoría “han iniciado con un medicamento y les ha ido bien. Hay que dar continuidad al tratamiento”.
“Hemos escuchado a los especialistas y están tranquilos,
tienen el efecto terapéutico deseado. Además, hacemos el seguimiento plasmático de cómo se encuentran los pacientes y hasta el momento estamos bien, si hubiese un problema tengan la seguridad que lo vamos a reportar”, ha prometido Heredia.
En el caso de los medicamentos de alto riesgo como son los inmunosupresores, “es el médico
el que decide hacer un intercambio terapéutico” cuando se estime necesario, ha añadido el gerente.
Los reportes en cifras
Alicia Acuña, encargada de Farmacovigilancia del HCAM, ha detallado a REDACCIÓN MÉDICA que hasta noviembre de
Alicia Acuña.
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este año se tiene registrado
487 reportes de farmacovigilancia enviados a la ARCSA.
“Cuando arrancamos con la farmacovigilancia en diciembre de 2015 teníamos 12 reportes de efectos adversos. En el 2016 ya tuvimos sospecha 216 aproximadamente”.
Este aumento de reportes se lo atribuye al “
compromiso del equipo de salud que va entendiendo la importancia de la farmacovigilancia. También nos hemos enfocado en el paciente, pues son ellos los que comunican”, ha señalado Acuña.
¿Qué se hace con los reportes?
La responsable de farmacovigilancia ha asegurado que
se han efectuado suspensiones de registros sanitarios por parte de la ARCSA tras los reportes realizados por el hospital.
“ARCSA es la que decide dejar en cuarentena, cambiar de lote o retire todo el lote de medicamentos reportados”, ha especificado Acuña, quien además ha mencionado que de los 487 reportados este año, ARCSA
se ha pronunciado solo sobre un anestésico.