CAMPAÑA DE PREVENCIÓN
El infarto cerebral preocupa a los neurólogos
Es importante actuar en pocas horas para evitar daños irreversibles
Eduardo Castro, neurólogo Hospital Metropolitano.
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Cristina Coello. Quito
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se calcula que 1 de cada 6 personas en el mundo sufrirán un infarto cerebral en algún momento de su vida y en Ecuador es una de las principales
causas de discapacidad severa y muerte, lo han advertido los neurólogos Eduardo Castro (Hospital Metropolitano) y Nelson Maldonado (Hospital Eugenio Espejo).
De allí que los especialistas han hecho hincapié en la necesidad de que la población y el personal sanitario
reconozcan los síntomas asociados al accidente cerebrovascular (ACV), también conocido como ictus o stroke.
Castro ha comentado con REDACCIÓN MÉDICA que desde la aparición de los primeros síntomas el paciente tiene un espacio de máximo
4 horas y media para recibir un tratamiento que puede evitar complicaciones y en algunos casos las terribles secuelas de un infarto cerebral.
La primera opción es disolver o destruir el coágulo pero en algunos casos también se puede tratar con un
agente que disuelve los coágulos, denominado activador tisular del plasminógeno (rtPA).
Por lo tanto, “es muy importante recibir un
diagnóstico correcto antes de comenzar el tratamiento, el cual generalmente ocurre en la sala de emergencias del hospital. Para ello es necesario tener un equipo” de profesionales que puedan actuar oportunamente, ha indicado Castro.
Los síntomas y tratamiento
Entre los síntoma a considerar y que requieren una atención inmediata están la
pérdida de fuerza muscular en brazos, piernas o cara. Esto puede evidenciarse con un tropiezo inexplicable, sensación de torpeza con una mano, cara torcida, entre otros.
“Cuando hablamos de un infarto cerebral debemos pensar en que
el tiempo es cerebro, ya que cada minuto que pasa obstruida una arteria implica la muerte de más neuronas y por lo tanto el pronóstico es menos favorable”, ha insistido Castro.
Para el especialista el tratamiento trombolítico incrementa el
33 por ciento la posibilidad de presentar secuelas mínimas o no presentar secuelas permanentes a 90 días de ocurrido el accidente cerebro vascular, frente a no usar el tratamiento. Pero esta opción terapéutica debe ser administrada en ese corto espacio de tiempo, ha advertido.