Edición Médica

Miguel Bayas de la Sociedad Ecuatoriana de Cardiología.

Redacción. Quito
La hipertensión arterial junto a la diabetes mellitus y la dislipemia son los padecimientos crónicos no transmisibles que registran mayor cantidad de consultas y egresos hospitalarios desde hace más de dos décadas, según la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), realizada en 2014 en el país.
 
De allí que, al recordar el Día Mundial de la hipertensión, el representante de la Sociedad Ecuatoriana de Cardiología en Pichincha, Miguel Bayas, ha señalado a REDACCIÓN MÉDICA que  “lo principal es hacer una detección temprana y un tratamiento oportuno” de la enfermedad.
 
Hay que “promover que la gente se haga controles periódicos de la presión, porque es la única forma de detectarla” ha insistido Bayas.
 
La prevalencia de hipertensión arterial, medida en la población de 18 a 59 años, es de 9,3 por ciento, siendo de 7,5 por ciento en las mujeres y  11,2 por ciento en los hombres, según Ensanut.
 
La encuesta registró ya en 2014 una elevada prevalencia de prehipertensión en la población adulta joven ecuatoriana con el 37 por ciento. De éste el 27,1 por ciento corresponde a las mujeres y 48 por ciento en los hombres.
 
La encuesta alertó que el 57 por ciento de las personas con hipertensión no reportaron o no sabían que tenían hipertensión.
 
En los hipertensos reportados, solo tres de cada diez declararon tomar medicamentos antihipertensivos en las dos semanas previas a la aplicación de la encuesta.
 
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la hipertensión afecta a mil millones de personas en el mundo y los investigadores calculan que esta enfermedad es la causa por la que mueren anualmente nueve millones de personas.
 
La hipertensión se puede prevenir modificando factores de riesgo relacionados con el comportamiento, como la dieta malsana, el uso nocivo del alcohol o la inactividad física.
 
El tabaco puede aumentar el riesgo de complicaciones de la hipertensión. Si no se emprenden acciones para reducir la exposición a estos factores, aumentará la incidencia de enfermedades cardiovasculares, incluida la hipertensión.
 
Según la OMS, la prevalencia de hipertensión en las Américas es de un 35 por ciento en los adultos mayores de 25 años.

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