Ecuador está alineado con la estrategia 90-90-90 de ONUSIDA
Los países de Latinoamérica todavía deben mejorar el diagnóstico inicial del VIH
Viernes, 11 de noviembre de 2016, a las 09:00
Rafael Camero, inmunólogo clínico.
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Jonathan Veletanga. Quito
Rafael Camero, inmunólogo clínico y gerente médico para Latinoamérica de ViiV Healthcare, ha comentado a REDACCIÓN MÉDICA que en la región “se requieren procedimientos que favorezcan el
diagnóstico efectivo y temprano de las personas con el virus de la inmunodeficiencia humana (
VIH)" con el fin de alcanzar la
meta 90-90-90, que es una estrategia mundial de ONUSIDA y que tiene objetivos claros para lograr la erradicación de esta epidemia.
Según ha explicado, las metas para todos los países, incluyendo a Ecuador, es hasta el 2020 alcanzar el
90 por ciento de personas con diagnóstico del VIH, de las cuales el
90 por ciento estén bajo tratamiento y de estas el
90 por ciento tenga una carga viral indetectable. “Está comprobado que al disminuir la carga de virus en la sangre del paciente disminuye la posibilidad de infección”, sostuvo el especialista.
En este contexto, ha comentado que hasta el momento
ningún país de la región ha logrado el objetivo final de ONUSIDA 90-90-90 y que se ha identificada grandes disparidades entre los países. Sin embargo señaló que Ecuador y la mayoría de países están alineado a esta política de salud.
Para Camero
la meta 90-90-90 es alcanzable, sin embargo cada país necesita identificar las intervenciones adecuadas para su población. En los sistemas este camino “combatir el estigma y la discriminación es fundamental para mejorar cada paso de la atención a pacientes con VIH”, aseguró en el Seminario de Actualización en Enfermedades Infecciosas que se desarrolla en Quito.
Diagnóstico, clave
Camero ha señalado que en la región el principal factor a considerarse para alcanzar estas metas es
mejorar el diagnóstico inicial ya que si no hay un diagnóstico adecuado no se podrá introducir al paciente en el sistema de tratamiento y por ende no se va a llegar a disminuir su carga viral.
En este contexto, comentó que el
rol del médico es fundamental para reducir el diagnóstico tardío; eliminar la estigma y discriminación de las personas con VIH, lo que permite hacer un buen seguimiento a los pacientes; y sobre todo identificar a las personas de alto riesgo para sugerirles que se hagan la prueba del VIH.
“El médico deba ayudar a la educación de las personas para
que los usuarios pierdan el temor sobre el diagnóstico, pronóstico y sobre todo a que conozcan las opciones de tratamiento. Además debe tener más percepción para identificar a las personas con riesgo de VIH y más tiempo para abordar temas importantes con el paciente” ha asegurado Camero.
De esta manera, sugirió
individualizar a cada paciente para determinar la terapia más adecuada, evaluar la capacidad de adherencia al tratamiento del paciente y sobre todo hacer un buen seguimiento a las madres y mujeres embarazas con VIH, ya que esto recude del 30 a casi el 0.1 por ciento la trasmisión vertical.