Edición Médica

Hamilton Abad, endocrinólogo del HAGP.

Cristina Coello. Quito
Si bien es cierto, las enfermedades de la hipófisis no tienen una elevada incidencia en la población ecuatoriana, son cada vez más frecuentes, ha advertido Hamilton Abad, endocrinólogo del Hospital Abel Gilbert Pontón (HAGP) de Guayaquil.
 
En el marco de la primera Jornada Clínica Quirúrgica de Patologías Neuroendocrinas, desarrolladas en el HAGP, el especialista ha resaltado la necesidad de fortalecer en el primer nivel de atención el diagnóstico temprano de posibles enfermedades de la hipófisis.
 
“Los médicos deben tener en cuenta y pensar en estas patologías ya que un diagnóstico temprano deriva en un pronóstico más favorable” para el paciente, ha comentado.
 
Según el especialista no existe una edad específica de aparecimiento de enfermedades en la glándula. Eso “va a depender de la patología”, pero en el país las más frecuentes son los adenomas clínicamente no funcionantes, los adenomas que producen prolactina y la acromegalia.
 
A decir de Abad, en Ecuador el diagnóstico de estas enfermedades aún es tardío y “también hay sub diagnóstico, pero puede mejorar. Hay que educar a los médicos del primer nivel para considerar estas enfermedades y sean más tempranamente referidos a especialistas”, ha comentado.
 
Durante las jornadas se ha podido determinar que la mayoría de tumores en la hipófisis son benignos y entre los síntomas a considerar son la alteración del campo visual (pérdida de la visión periférica) y dolores de cabeza.
 
“En la mayoría de casos el tratamiento es quirúrgico y el cuadro básico cubre con los medicamentos necesarios. En algunos pacientes se requiere la radioterapia en sus diferentes tipos”, ha añadido.
 
Según el experto, no existe una causa específica para los tumores de hipófisis y por lo tanto no se pueden prevenir, pero el sistema de salud cuenta con los instrumentos para detectarlos.

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