Estudio sugiere invertir en salud mental para superar los efectos de la pandemia entre los jóvenes
La pandemia ha causado serios danos en las perspectivas de futuro de niñas y adolescentes.
Voluntarias de la ONG.
|
Redacción. Quito
La organización
Plan Internacional ha presentado un estudio realizado en 14 países del mundo, incluido Ecuador, donde demuestra uno de los graves efectos de la COVID-19 en poblaciones jóvenes sometidas a confinamientos y clases virtuales, y además sugiere que los gobiernos deberán
reforzar sus inversiones en salud mental.
La investigación denominada
"Vidas detenidas", se ha efectuado entre 2020 y lo que va de 2021 y buscaba dar respuestas a los problemas que la juventud ha padecido durante la pandemia, recogiendo voces de adolescentes y mujeres jóvenes sobre los impactos de la COVID-19.
En una primera etapa se efectuó más de
7.000 encuestas a mujeres entre los 15 y 24 años de 14 países del mundo y, en una
segunda fase, entrevistas de problemas de fondo por la pandemia a
71 adolescentes de Australia, Brasil, Ecuador, Egipto, Etiopía, Francia, Ghana, India, Mozambique, Nicaragua, España, Estados Unidos, Vietnam y Zambia.
La organización ha revelado
tres grandes problemas para las niñas y jóvenes durante la pandemia: el cierre de las escuelas, retraso educativo y la baja posibilidad de sostener la educación virtual.
Amalia Alarcón, portavoz de la organización en Ecuador, ha mencionado que el cierre de las escuelas, sumado a los extensos periodos de cuarentena, han llegado a provocar "un
impacto enorme en la salud mental" de los jóvenes, especialmente de las chicas, una situación que es "relevante", pero a la que "no se le está dando la importancia suficiente".
Otro impacto de la pandemia en el campo educativo, entre las niñas y jóvenes, es que la
escuela jugaba un rol fundamental para su protección, pues encontraban un refugio en los centros educativos cuando estaban bajo amenazas de violencia en cualquier ámbito de sus vidas, ha añadido.
Pero tras el cierre de las escuelas, muchas de las alumnas no han vuelto a clases y han elevado los niveles de
abandono escolar. Eso ya lo había advertido recientemente la Unesco, que teme que exista el riesgo de "retroceder 20 años en la brecha de género en el acceso a la educación", ha advertido la representante.
El estudio ha señalado además que el confinamiento ha generado que "la
carga de trabajo no remunerado haya aumentado considerablemente", pues son las niñas las que en los periodos de cuarentena deben atender a las familias, y ello ha contribuido también al aumento de la deserción escolar.
Cierre del sistema educativo
Por ello, según Alarcón "el cierre educativo de América Latina
es el más duro del mundo", así como el más largo y sin parangón con otras regiones del planeta.
Sólo el
5 por ciento de todo el sistema educativo latinoamericano no cerró sus aulas, y ello porque Nicaragua fue el único país de la región que mantuvo su ciclo escolar habitual.
Ante esa realidad, Plan Internacional, ha recomendado a los gobiernos "
invertir más en cerrar brechas tecnológicas, para que todas las chicas sigan estudiando a distancia".
Alarcón ha considerado que en el futuro podrían venir otras pandemias, por lo que hay que "
prepararse a largo plazo" con inversiones que supongan, por ejemplo, el acceso general de la población estudiantil a internet.
Por otro lado, se ha sugerido
invertir en planes de protección contra la violencia de género y se ha resaltado "la necesidad enorme para que los gobiernos inviertan en salud mental".
Para Alarcón la vuelta a clases debe estar acompañada con la
implementación de "servicios psicológicos" eficientes, que atiendan la situación de la juventud, sobre todo de las niñas y adolescentes.
No obstante, se ha lamentado de que
esa prioridad "no está en la mesa" de discusión de las autoridades.