Edición Médica

Adriana Paola Téllez, Ginecóloga.

Cristina Coello. Quito
Adriana Paola Téllez, médica colombiana de la Universidad Industrial de Santander en Bucaramanga, ha comentado con REDACCIÓN MÉDICA, que el bajo índice de consultas en los servicios de emergencias por abuso sexual, la motivó a realizar una investigación sobre la caracterización demográfica y clínica de las niñas y mujeres atendidas por ese delito.
 
“El abuso se está convirtiendo en un preocupante problema de salud pública, a lo que hay que sumar la escasa información estadística sobre las características de estos delitos. No hay datos clínicos ni epidemiológicos sobre violencia sexual”, ha explicado Téllez.
 
La médica se ha mostrado preocupada principalmente porque las mujeres afectadas “no consultan por miedo, básicamente a ser señaladas. También puede existir miedo hacia su agresor y pueden estar cohibidas de esa consulta” sanitaria, ha añadido.
 
El estudio, expuesto en el XIII congreso internacional de Ginecología y Obstetricia, ha mostrado que las víctimas pueden tardar años en consultar y a pesar que la mayoría de abusos ocurrieron en la infancia,  cuando acuden al servicio médico mucho tiempo después “los hallazgos (clínicos) son muy pobres y la mayoría no tienen señales”, lo cual es una dificultad para el personal sanitario el momento de ofrecer ayuda, ha explicado.
 
“Hay que dejar clarísimo que solamente tocar, insinuar, acosar con palabras a un niño ya se considera abuso sexual”, según lo ha manifestado la Organización Mundial de la Salud (OMS), y eso lo debe tener claro el personal sanitario, ha insistido la médica.
 
El estudio
 
El estudio de Téllez fue realizado en la ciudad de Bucaramanga, en el estado colombiano de Santander, con una muestra de 553 casos reportados en el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLCF) de esa ciudad, desde el año 2005 al 2014.
 
Según datos oficiales, en Colombia se ha reportado que aproximadamente el 70 por ciento de mujeres han experimentado algún tipo de violencia física o sexual en algún momento de su vida.
 
El análisis científico de la médica ha mostrado que la principal forma de abuso es el tocamiento (de los genitales) en casi 79 por ciento de los casos,  mientras que el abuso con penetración fue el 21,5 por ciento.
 
En la distribución por edades de las mujeres atendidas por delitos sexuales en la unidad básica del INMLCF el pico más afectado por abuso es el comprendido en mujeres de 10 a 14 años. No obstante, el problema realmente afectó a un 79 por ciento de niñas y mujeres entre los 5 y 19 años.
 
El 71,8 por ciento de los casos eran niñas y mujeres estudiantes y la fecha exacta del hecho solo se supo en una media de 4 días después, en un intervalo que va del 0 por ciento de consulta el mismo día de la agresión, hasta 15 años después.
 
“Las víctimas no consultan (no acuden a un servicio de salud por la agresión) y es algo que se debe trabajar”, ha comentado la investigadora.
 
El lugar donde más se cometió el delito fue la vivienda de la víctima con 42,7 por ciento y sobre el presunto agresor figura con un 41,2 por ciento un familiar (de ellos el padrastro o padres son los principales causantes).
 
Entre las lesiones en el área genital encontradas en estas pacientes el estudio registró laceraciones, equimosis, lesiones papulares y desgarros. Se identificaron 13 casos de embarazo, es decir 2,3 por ciento de los abusos.
 
La información “puede servir de referencia para los peritos que atienden caso en las distintas casas de salud y médicos que realizan dictámenes de medicina legal”, ha concluído Téllez.
 
En Ecuador
 
El 60,6 por ciento de las mujeres ha vivido algún tipo de violencia. Este delito no tiene mayores diferencias entre zonas urbanas y rurales: en la zona urbana el porcentaje es de 61,4 por ciento y en la rural 58,7 por ciento, según la primera Encuesta de Violencia de  Género realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
 
Esa misma encuesta añade que 1 de cada 4 mujeres ha sufrido específicamente violencia sexual.
 
Otros datos
 
La perspectiva mundial indica que la región de las Américas se ubica en tercer lugar con mayor cantidad de víctimas de violencia sexual con el 36,1 por ciento (en primer lugar está Africa con 45,6 por ciento y le sigue Asia Suroriental 40,2 por ciento). 

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