Edición Médica

Santiago Quirce, jefe de Alergología del Hospital de la Paz en Madrid

Redacción. Quito
La revista ´The Lancet Respiratory Medicine’ ha hecho público uno de los estudios más completos realizado en 188 países, desde 1990 a 2015, donde ratifica que el asma es la complicación respiratoria crónica más prevalente en todo el mundo.

En el análisis de datos, en los que se ha comparado el asma con la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), se ha indicado que el asma tiene el doble de casos de EPOC.

Para Vicente Plaza, coordinador de la Guía Española para el Manejo del Asma (GEMA), muchas de las personas afectadas han sido jóvenes y tienden a ser poco constantes en la toma de los fármacos. Además, han creado falsas afirmaciones sobre sus efectos secundarios. “Con los nuevos tratamientos ya no se producen. Pero en la sociedad existe mucha ‘corticofobia’, una causa frecuente de baja de adherencia terapéutica”.

El asma es una enfermedad controlable gracias a las terapias actuales. “Cuando se prescribe un tratamiento óptimo y el paciente lo toma apropiadamente, la respuesta normalmente es espectacular, hasta el punto de no tener síntomas”, ha manifestado Plaza.

Sin embargo, investigaciones han demostrado que han existido pacientes que han sufrido una alta morbilidad, mortalidad y exacerbaciones frecuentes a pesar del tratamiento.

En un estudio publicado en febrero de 2018 en el ‘Journal of Allergy and Clinical Immunology’ realizado por investigadores del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, se ha determinado que las visitas hospitalarias por una crisis asmática en 2016 han alcanzado el 3,73 por ciento por persona, con una mayoría del 87,5 por ciento de mujeres en una edad promedio de 58 años.

En la actualidad ha sido poco probable que las personas asmáticas precisen ingreso hospitalario por una crisis, sin embargo, se ha estimado que entre el 60 y 70 por ciento de los asmáticos no han logrado controlar efectivamente su enfermedad.

Tratamiento y prevención

Investigaciones se han centrado en el desarrollo eficaz de una vacuna para el tratamiento de la forma más grave del asma, la misma que se ha creído puede alcanzar la cura si existe una causa alérgica y esta se consigue erradicar.

Para Santiago Quirce, jefe de Alergología del Hospital de la Paz en Madrid para prevenir el asma habría que incidir en las primeras etapas de la vida, incluso en el embarazo. “Como se ha visto que el ambiente muy rural protege, ahora se está investigando qué componentes son los que educan al sistema inmunitario para prevenir el asma. Todo está relacionado con los microorganismos a los que nos exponemos de forma temprana”, ha añadido.

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