ACUERDO EN LA ONU
Líderes adoptan estrategia mundial contra los antimicrobianos
Buscan detener la propagación de las infecciones resistentes
Miércoles, 21 de septiembre de 2016, a las 15:51
Thomson Peter, presidente sesión de la ONU.
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Redacción. Nueva York
"La
resistencia a los antimicrobianos amenaza la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y requiere una respuesta global", ha afirmado
Thomson Peter, presidente del 71 período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (
ONU).
Thomson ha asegurado que "los Estados miembros han acordado hoy una sólida declaración política que proporciona una buena base para la comunidad internacional para avanzar. Ningún país, sector u organización puede abordar este problema por sí solo".
Por primera vez, los Jefes de Estado pertenecientes a la ONU se han comprometido a adoptar una
estrategia de amplio alcance y coordinada para abordar las causas fundamentales de la
resistencia a los antimicrobianos (AMR) en múltiples sectores, en especial en la salud humana, la salud animal y la agricultura.
Se trata tan solo de la cuarta ocasión en que la Asamblea General de las Naciones Unidas ha abordado una cuestión relacionada con la salud. En ocasiones anteriores lo fueron el VIH, las enfermedades no transmisibles y el Ébola.
Compromiso internacional
Los países han reafirmado su compromiso de desarrollar
planes nacionales de acción frente a la AMR, basándose en el Plan de acción mundial sobre la resistencia a los antimicrobianos: el proyecto desarrollado en 2015 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).
Los líderes han reconocido la necesidad de contar con sistemas más robustos para controlar las infecciones resistentes a los medicamentos y el volumen de antimicrobianos utilizados en seres humanos, animales y cultivos, así como en intensificar la cooperación internacional y disponer de
mayor financiación.
Por ello se han
comprometido a endurecer la regulación de los antimicrobianos, a mejorar el conocimiento y la concienciación, promover las mejores prácticas, además de fomentar enfoques innovadores utilizando alternativas a los antimicrobianos y nuevas tecnologías para el diagnóstico y las vacunas.
Una amenaza global
"La resistencia a los antimicrobianos supone una amenaza fundamental para la salud humana, el desarrollo y la seguridad. Los compromisos asumidos hoy deben traducirse ahora en
medidas inmediatas y eficaces para salvar vidas en los sectores de la salud humana, animal y ambiental. Se acaba el tiempo", ha dicho Margaret Chan, Directora General de la OMS.
Las infecciones comunes y potencialmente mortales como la neumonía, la gonorrea y las infecciones postoperatorias, así como el VIH, la tuberculosis y la malaria, son
cada vez más difíciles de tratar debido a la AMR. Si no se controla, se prevé que la AMR tenga consecuencias muy significativas a nivel social, económico y de seguridad sanitaria, que perjudicarán gravemente el desarrollo de los países, señala un comunicado oficial de la OMS.
Para el organismo internacional, “el elevado nivel de AMR registrado hoy en día en el mundo es consecuencia del
abuso y mal uso de los antibióticos y otros antimicrobianos en seres humanos, animales (incluyendo los peces cultivados), y cultivos, así como de la propagación de los residuos de estos medicamentos en el suelo, los cultivos y el agua”.
Necesaria más investigación
La resistencia a los antibióticos ha sido considerada como la
amenaza global más importante y urgente, que necesita de la atención internacional y nacional.
Además, han puesto de relieve las deficiencias del mercado, y solicitaron nuevos incentivos para la inversión en
investigación y desarrollo de medicamentos, eficaces y asequibles, pruebas de diagnóstico rápido, y otras terapias importantes para sustituir a aquéllas que están perdiendo fuerza.
Han destacado igualmente que el precio asequible y el acceso a antibióticos, vacunas y otras herramientas médicas nuevas y ya existentes debería ser una prioridad mundial que tuviera en cuenta las necesidades de todos los países.