INFORME EPIDEMIOLÓGICO
La COVID-19 continúa circulando sin una estacionalidad clara, reporta la OMS
Desde el inicio de la pandemia, más de 7 millones de muertes se notificaron en 234 países
Viernes, 27 de diciembre de 2024, a las 12:09
La vacunación reduce la posibilidad de desarrollar COVID persistente.
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Redacción. Quito
Los últimos datos de la COVID-19, a cinco años del primer caso, han dejado claro que el virus sigue circulando
sin una estacionalidad clara, provocando tanto enfermedades agudas como afecciones posteriores, según el último
reporte epidemiológico de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el documento se ha detallado que el impacto de la COVID-19 ha variado según el país en función de las
variantes circulantes, las políticas nacionales, las capacidades de respuesta y el acceso a medidas preventivas.
No obstante, la OMS ha advertido que el
monitoreo de la circulación, la gravedad, la evolución y el impacto del virus está amenazado por la reducción de la vigilancia, las pruebas, la secuenciación, la integración limitada en programas de prevención y control de enfermedades infecciosas a largo plazo y la presentación de informes, a medida que los estados miembros se adaptan de la
gestión de crisis, a la prevención y el control a largo plazo de la COVID-19.
“Los cambios en la vigilancia de la COVID-19 en los últimos cinco años han sido constantes y esperados, y se han adaptado al panorama cambiante de la pandemia. Muchos estados miembros están pasando de la notificación integral de casos a la integración del monitoreo del SARS-CoV-2 en los sistemas existentes de vigilancia de
enfermedades respiratorias e infecciosas”, ha informado el organismo.
En ese sentido ha dejado claro que la integración del
SARS-CoV-2 en los sistemas de vigilancia de la
gripe existentes varía según las regiones: desde el 41 por ciento en los países de la región del Pacífico occidental hasta el 96 por ciento en los países europeos.
Disminución global del impacto
En esta actualización (entre el 14 de octubre y el 24 de diciembre) se ha notificado una
reducción global de casos y fallecimientos generalizada.
Hasta el 10 de noviembre de 2024, la positividad semanal por PCR del SARS-CoV-2 mostró una
tendencia a la baja, pasando del 13,6 al 10,8 por ciento, con una media de 59.414 pruebas analizadas semanalmente en 99 países.
La
región europea registró una actividad elevada, aunque decreciente, con una reducción de la positividad del 14,4 por ciento al 10,4 en ese mismo periodo. A nivel mundial, 77 países notificaron casos y 27 reportaron muertes, aunque estas cifras no reflejan la realidad completa debido a la
disminución de las notificaciones.
Desde el inicio de la
pandemia, más de 7 millones de muertes confirmadas por COVID-19 se notificaron a la OMS en 234 países y territorios.
Según el reporte, el promedio semanal de casos creció de 414.000 a principios de 2020 a un máximo de 21 millones en enero de 2022. A partir de mediados de 2022, la
disminución de las pruebas y de la notificación redujo los casos semanales a 1,3 millones a principios de 2023, 246.000 a finales de ese año y 70.000 a principios de 2024.
La
mortalidad asociada a la COVID-19 se concentró principalmente entre 2020 y 2022, representando el 95 por ciento de las muertes registradas. Pero el organismo ha informado que la inmunidad adquirida por infección o
vacunación contribuyó a una reducción significativa en las muertes a partir de la segunda mitad de 2022.
Las variantes del virus
El organismo internacional ha detallado también que, desde su aparición, el SARS-CoV-2 evolucionó constantemente, dando lugar a
variantes con impacto en la transmisibilidad, gravedad y eficacia de las vacunas.
Las principales variantes de interés (VOC), como Alpha, Beta, Gamma, Delta y Ómicron, han marcado diferentes etapas de la pandemia.
Ómicron, en particular, originó
subvariantes como BA.1, BA.2 y BA.5, que impulsaron sucesivas oleadas globales.
En 2023 surgieron
variantes recombinantes como XBB y XBB.1.5, mientras que a finales de ese año BA.2.86 evolucionó a JN.1, convirtiéndose en la variante más prevalente.
Actualmente la
KP.3.1.1, descendiente de JN.1, lidera en
prevalencia global, seguida de XEC, una variante bajo vigilancia cuyo riesgo para la salud pública actualmente se considera bajo. A pesar de su creciente prevalencia, XEC aún no reúne los criterios para ser clasificada como una variante de interés.
Finalmente, informe ha recalcado que la COVID-19 grave es un
factor de riesgo importante para el desarrollo de
COVID persistente (CCP) y que más del 90 por ciento de los casos surgen tras infecciones leves debido al elevado número de infecciones y
reinfecciones acumuladas en los últimos cinco años. En ese sentido, la vacunación ha demostrado reducir significativamente el riesgo de desarrollar CCP.