ENTREVISTA A MAYRA GER
La dieta cardiosaludable, mitos y realidades
Lo que los médicos deben conocer
Mayra Ger, especialista del HEEE.
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Cristina Coello. Quito
Mayra Ger, especialista en diabetes y nutrición del hospital Eugenio Espejo, ha explicado algunos mitos y realidades de la dieta cardiosaludable que
los médicos deben tomar en cuenta cuando se trata de orientar mejor a sus pacientes.
En una entrevista con REDACCIÓN MÉDICA, la experta ha señalado que la Asociación Americana del Corazón ya ha puesto a disposición de los profesionales una recopilación de los
mejores alimentos para los pacientes con enfermedades metabólicas.
“Es importante hacer prevención y los médicos de
atención primaria deben conocer por lo menos lo básico de una alimentación cardiosaludable”, ha insistido Ger.
Para la especialista “es importante recalcar a los pacientes
que todo lo que comemos saludable o no, produce alteraciones y comportamientos en la fisiología del cuerpo humano, sea para bien o para mal”.
¿Qué deben saber los médicos y pacientes?
Los alimentos
enlatados, congelados y empaquetados son alimentos ultraprocesados. Es decir que mucho de eso no nos nutre y produce muchas alteraciones. Es considerado uno de los
detonantes de la pandemia de obesidad a nivel mundial.
Muchos de los productos que en la etiqueta aseguran ser saludables y adelgazantes no lo son. Al contrario son los causantes de la pandemia.
La Organización Mundial y Panamericana de Salud (OMS/OPS) han considerado estos productos como
nutricionalmente desequilibrados. Crean hábitos de consumo y adicción. Se promueven y se ofrecen por mecanismos que son engañosos.
Además crean una
falsa impresión de ser saludables. Nos están vendiendo algo que no es real.
¿Está bien culpar al paciente que sea obeso?
Actualmente estamos inmersos en un
ambiente obesogénico, es decir, donde quiera que estemos la mayoría de alimentos que nos ofrecen va a producir obesidad y todos estamos cautivos por ese ambiente.
Los alimentos ultraprocesados en su mayoría están endulzados o tienen
jarabe de maíz que tiene altísima cantidad de fructosa y eso deriva en una alteración del metabolismo de la glucosa y lípidos.
De allí que todas las gaseosas y jugos (procesados) aunque se tomen por poco tiempo
incrementarán la hipertrigliceridemia, que se va a traducir en mayor tejido adiposo y finalmente en dislipidemia, obesidad y diabetes.
Hay que leer la información nutricional de cada alimento, fijarse en los ingredientes y el total de carbohidratos. Se van a dar cuenta que
no es tan cierto eso de ‘cero calorías’ como lo dice.
Los estudios demuestran que la
fructosa aumenta el riesgo de padecer diabetes en un 26 por ciento y de hipertensión entre el 12 y 20 por ciento.
Todas las bebidas edulcoradas incluyendo las ‘light’ incrementan el riesgo de obesidad y síndrome metabólico en un
55 por ciento y de enfermedades coronarias en 15 y 20 por ciento.
¿Qué mitos se esconden entre las recomendaciones médicas?
Por ejemplo que la grasa de los
lácteos incrementa el LDL. Eso no es así. Además está el
café que según estudios, disminuye el riesgo de diabetes tipo 2 (hace que exista mayor sensibilidad a la insulina) y también se ha visto que
ayuda en enfermedades cardiovasculares.
El huevo es una fuente importante de proteína muy barata.
Es falso que sube el colesterol LDL. Más bien, se puede consumir este alimento entero.
La evidencia es suficiente para
exonerar al huevo de la asociación con enfermedades cardiovasculares y diabetes. Es más, la yema de huevo se ha relacionado con incremento de la insulina, por lo tanto previene la diabetes.
Es falso que el consumo excesivo de grasas nos engorda. En realidad el consumo excesivo de carbohidratos y sobre todo los simples y refinados son los que provocan una disregulación a nivel del metabolismo de la glucosa y lípidos que predispone a diabetes, dislipidemia e hipertensión.
¿El manejo nutricional de la dislipidemia e hipertensión disminuye el riesgo de eventos cardiovasculares?
Una correcta alimentación
mejora la arterosclerosis y produce estabilización de la placa ateromatosa.
En un estudio se demostró que el consumo de
aceite de maíz redujo el perfil de lípido en comparación con el
aceite de oliva extravirgen, como parte del complemento de la disminución de peso y produjo disminución del colesterol.
Por eso, dentro de las recomendaciones deben estar el consumo de aceite de oliva, canola o maíz. El de oliva tiene un papel cardioprotector.
¿Recomienda usar los fibratos?
Hay que determinar cuál es la causa de esa hipertrigliceridemia. Si no es una causa farmacológica hay que disminuir los carbohidratos simples y el paciente bajará de peso sin tomar fibratos.
No está bien usarlos.
¿Y el Ejercicio?
Para los pacientes con enfermedades metabólicas no funciona una dieta si no está acompañada de ejercicio permanente.
La dieta ayuda un 50 por ciento en la disminución de peso y el otro va a estar dado por el ejercicio y actividad física. Si no completamos las dos cosas probablemente no lograremos que los pacientes disminuyan de peso ni mejoraran su perfil cardiometabólico.