ANÁLISIS Y RECOMENDACIONES
Falta de pruebas diagnósticas, un problema para controlar la transmisión de Ómicron en Ecuador
Es momento de cambiar de estrategia y priorizar las cuarentenas focalizadas
Alberto Narváez, médico investigador de la UCE.
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Jonathan Veletanga. Quito
El Ministerio de Salud Pública (MSP) ha confirmado que Ecuador enfrenta un rebrote de casos de COVID-19, que a decir de los expertos se extenderá por todo el mes de enero. Esto a causa de los eventos de contagio registrados por Navidad y Fin de Año, y la circulación de la variante Ómicron.
¿Cómo parar la transmisión del virus en este momento?
“En los últimos 7 días casi se ha triplicado el número de casos promedio y esto es epidemiológicamente propio del Ómicron. En este momento, tenemos una mezcla de Ómicron y Delta que están compitiendo, sin embargo,
en unas dos o tres semanas Ómicron va a desplazar a Delta”, ha indicado
Alberto Narváez, médico investigador de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Central del Ecuador (UCE).
Narváez ha manifestado, en entrevista con EDICIÓN MÉDICA, que esta situación es preocupante porque si bien Ómicron es menos letal (mortalidad más baja en comparación con Delta) y la mayoría de casos son leves, moderados o asintomáticos,
las personas no vacunadas tienen mayor riesgo de muerte. Otro problema es que la transmisión de Ómicron es muy alta, por lo que “vamos a tener probablemente unos 5.000 o 6.000 casos notificados (diariamente) hasta fines de enero, aunque
con la escases de pruebas no creo que lleguemos a identificar ese número de casos”.
El mayor problema
El galeno
ha sido muy crítico con la decisión del MSP de establecer que las pruebas diagnósticas para COVID-19 se realicen bajo prescripción médica en las unidades de salud públicas. “No estoy de acuerdo en que solo los médicos soliciten pruebas, hay que incluir a todos los profesionales de la salud, TAPS y voluntarios comunitarios capacitados para aplicar un algoritmo”.
Sin embargo, el problema es que “no compraron a tiempo las pruebas o hay un nivel de descuido y negligencia, no solo de este gobierno sino del anterior. El MSP tiene solo 200.000 pruebas de antígeno y 60.000 de PCR, esto servirá máximo para 15 o 20 días, pero
no nos va a permitir controlar la epidemia. Entonces, este es el grave problema que tenemos en este momento, que no hay suficientes pruebas. No se puede a nivel público ofertar y a nivel privado los costos son prohibitivos, están cobrando demasiado por las pruebas y el MSP no ha regulado los precios de las pruebas de antígeno”, que son muy necesarias actualmente.
“
Nadie va hacer aislamiento si no tiene una prueba positiva, ya le acostumbramos a eso. Si hubiéramos utilizado definiciones que hemos utilizados en otros brotes no tendríamos este problema tan serio”, ha reiterado.
Para el galeno,
en el país se debería hacer por lo menos unas 15.000 pruebas diarias, no obstante, solamente se realizan alrededor de 5.000, lo cual no es lo ideal para controlar la pandemia.
Frente a este panorama, Narváez ha considerado en que es momento de pensar en parar la transmisión, no con pruebas sino
priorizando cuarentenas focalizadas, identificando dónde ocurren con mayor frecuencia las muertes por Ómicron y Delta, y acortando el tiempo para la aplicación de la dosis de refuerzo.
Para este último punto ha sugerido
reducir el tiempo de refuerzo a 4 meses (después de la última dosis) en todas las parroquias priorizadas y en puntos calientes (lugares con casos graves y muertos).
¿A quiénes se debe priorizar las pruebas diagnóstica en este momento?
Narváez ha mencionado que el objetivo más importante del triaje, ahora, es reducir el riesgo de muerte. Por ello ha propuesto hacer pruebas a
casos sospechosos o probables con factores de riesgo de puntos calientes (lugares en los que hay casos graves o muertos) y parroquias con mayor riesgo de muerte. Hay que hacer una priorización de parroquias para esta realidad”. También a sintomáticos no vacunados o con vacunación incompleta en cualquier lugar y a sintomáticos probables
Asimismo, ha recomendado
pedir aislamiento por 5 días y uso de mascarilla por 5 días más a todo caso sintomático probable o asintomático probable (contacto cercano con caso confirmados últimos 14 días), a todo caso sospechoso o contacto asintomático de parroquias de alta transmisión y alto riesgo de muerte.