HERRAMIENTA SANITARIA
La OMS actualiza la lista de bacterias farmacorresistentes más peligrosas para la salud humana
La lista proporciona orientaciones para obtener nuevos tratamientos para frenar la propagación de resistencias
Se reportan 15 familias de bacterias resistentes.
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Redacción. Quito
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) ha actualizado la
lista de patógenos bacterianos prioritarios correspondiente a 2024, en la que figuran 15 familias de bacterias resistentes a los antibióticos clasificadas en tres categorías (crítica, alta y media) para facilitar el establecimiento de prioridades.
La OMS ha recalcado que esta lista proporciona orientaciones para obtener
nuevos tratamientos que son necesarios para frenar la propagación de resistencias a los antimicrobianos.
En la lista hecha pública por el organismo internacional se han eliminado cinco
combinaciones de patógenos y
antibióticos incluidas en la lista de 2017 y se han añadido cuatro combinaciones nuevas.
Las
enterobacteriales resistentes a las
cefalosporinas de tercera generación figuran en un grupo independiente dentro de la categoría de prioridad crítica, lo que pone de manifiesto su carga de morbimortalidad y la necesidad de aplicar intervenciones específicas para hacerles frente, sobre todo en los países de ingresos bajos y medianos.
Además, la infección por
Pseudomonas aeruginosa resistente a los carbapenémicos se ha trasladado de la categoría crítica a la de prioridad alta para reflejar los informes recientes que muestran la reducción de las resistencias a nivel mundial.
A pesar de ello, sigue siendo importante invertir en I+D (Investigación y desarrollo) y en otras estrategias de
prevención y control de esta infección, habida cuenta de la elevada carga que supone en algunas regiones.
La amenaza de la resistencia a los antimicrobianos
Yukiko Nakatani, subdirectora general interina de la OMS para la Resistencia a los Antimicrobianos, ha señalado que para elaborar la lista de patógenos bacterianos prioritarios “se ha determinado la carga mundial de infecciones por bacterias farmacorresistentes y se ha analizado su repercusión en la salud pública. Por ello, esta lista es fundamental para
orientar la inversión y superar los obstáculos que dificultan la obtención de nuevos antibióticos y el acceso a ellos. La amenaza de la resistencia a los antimicrobianos ha aumentado desde la publicación de la primera lista en 2017, lo cual mina la eficacia de numerosos
antibióticos y puede echar por tierra muchos logros de la medicina moderna”.
Los patógenos de prioridad crítica, como las
bacterias gramnegativas resistentes a los antibióticos de último recurso y Mycobacterium tuberculosis resistente al antibiótico rifampicina, son amenazas muy peligrosas en todo el mundo a causa de la incidencia de las enfermedades que provocan y de su capacidad de resistir los tratamientos y transmitir las resistencias a otras bacterias. Estas bacterias pueden encontrar nuevas formas de resistir los tratamientos y transferir a otras bacterias
material genético que las hace también resistentes, ha advertido la OMS.
Los patógenos de
alta prioridad, como
Salmonella y
Shigella, causan mucha morbimortalidad en países de ingresos medianos y bajos, al igual que
Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus, que ocasionan problemas importantes en los
establecimientos de salud.
Otros patógenos de alta prioridad, como Neisseria gonorrhoeae y Enterococcus faecium
farmacorresistentes, entrañan problemas específicos para la salud pública, como infecciones persistentes y resistencia a varios antibióticos, por lo que requieren intervenciones de salud pública y estudios específicos, ha añadido el organismo sanitario internacional.
Entre los patógenos de prioridad media figuran los
estreptococos de los grupos A y B (que se han añadido a la lista en 2024), Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae, que dan lugar a una elevada carga de morbilidad. Estos patógenos requieren una mayor vigilancia, sobre todo en las poblaciones vulnerables, como los
niños y los
ancianos, en especial en los lugares con pocos recursos.
Jérôme Salomon, subdirector General de la OMS para Cobertura Sanitaria Universal/Enfermedades Transmisibles y No Transmisibles, ha comentado que “La resistencia a los antimicrobianos pone en jaque nuestra capacidad para tratar eficazmente infecciones que causan mucha morbimortalidad, como la tuberculosis, lo que provoca enfermedades graves y un aumento de las tasas de mortalidad”.
En la lista de 2024 también se hace hincapié en la necesidad de adoptar un enfoque integral de la salud pública para hacer frente a la resistencia a los antimicrobianos, que incluya el
acceso universal a medidas de calidad y asequibles para prevenir, diagnosticar y tratar correctamente las infecciones.
Lista de patógenos bacterianos prioritarios
La OMS incluye estas bacterias en su lista para este 2024:
Prioridad crítica:
Acinetobacter baumannii resistente a los carbapenémicos
Enterobacteriales resistentes a las cefalosporinas de tercera generación
Enterobacteriales resistentes a los carbapenémicos
Mycobacterium tuberculosis resistente a la rifampicina (que se ha incluido tras efectuar un análisis independiente con criterios adaptados paralelamente y tras la posterior aplicación de una matriz adaptada de análisis para decidir en función de varios criterios).
Prioridad alta:
Salmonella Typhi resistente a las fluoroquinolonas
Shigella spp. resistente a las fluoroquinolonas
Enterococcus faecium resistente a la vancomicina
Pseudomonas aeruginosa resistente a los carbapenémicos
Salmonelas no tifoideas resistentes a las fluoroquinolonas
Neisseria gonorrhoeae resistente a las cefalosporinas de tercera generación y/o a las fluoroquinolonas
Staphylococcus aureus resistente a la meticilina
Prioridad media:
Estreptococos del grupo A resistentes a los macrólidos
Streptococcus pneumoniae resistente a los macrólidos
Haemophilus influenzae resistente a la ampicilina
Estreptococos del grupo B resistentes a los macrólidos
Los cambios introducidos con respecto a 2017 reflejan la dinámica de la resistencia a los antimicrobianos, que obliga a adaptar las intervenciones.
El organismo ha sugerido que, para usar esta lista como
herramienta en todo el mundo, se adapte a los
contextos nacionales y regionales teniendo en cuenta las variaciones regionales en la distribución de los patógenos y en la carga de las resistencias.