ENTREVISTA A GALO RIVERA
Hipertensión, responsabilidad del médico y del paciente
En aumento el síndrome metabólico en niños y jóvenes
Galo Rivera Ojeda, del Hospital Eugenio Espejo
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Cristina Coello. Quito
Dentro de los síndromes metabólicos, la hipertensión arterial es la enfermedad de mayor atención en la consulta médica y la tendencia va en aumento, ha señalado a REDACCIÓN MÉDICA, el internista Galo Rivera Ojeda, del Hospital Eugenio Espejo (HEE).
“Alrededor del 50 por ciento de la consulta es por hipertensión. Pero volvemos a la parte curativa y ésta es una enfermedad prevenible. Es responsabilidad de los médicos hacerlo”, ha precisado Rivera.
Para el especialista, “los nuevos médicos, los que van a la rural, deben realizar programas de nutrición y educación y orientar a la población. Ellos están viendo la realidad. Los que rotan en el HEE ven obesidad mórbida” y muchas enfermedades relacionadas a los malos hábitos alimenticios, ha añadido.
A propósito del Día Mundial de la Hipertensión, en entrevista con nuestro medio, Rivera ha reflejado la preocupación del gremio por la incidencia de la hipertensión y otras enfermedades metabólicas en población cada vez más joven.
¿La hipertensión en una enfermedad con mayor incidencia en adultos y adultos mayores?
En adultos va creciendo pero lo que llama la atención es la hipertensión en personas cada vez más jóvenes.
Los médicos pediatras en toda Latinoamérica ya están haciendo el mismo trabajo en lo que se refiere a la atención de síndromes metabólicos con pacientes cada vez más jóvenes.
En el hospital (Eugenio Espejo) tenemos pacientes de 29 - 35 años con infarto. Los jóvenes ya tienen obesidad, son sedentarios, presentan hipercolesterolemia. Los adolescente incluso registran hiperulicemia (ácido úrico elevado), hipertrigliceridemia.
A eso sumamos ciertos factores genéticos (papá, mamá, abuelos, que son hipertensos diabéticos, con gota) se tiene un pronóstico sombrío.
Cada vez mayor población joven tiene alto riesgo de problemas cardiovascular que se traducen en infartos, hemorragias cerebrales. Estas enfermedades ya sobrepasan los homicidios y los accidentes de tránsito como causa de muerte. Estamos como en el primer mundo.
Las terapias intensivas de todos los hospitales de Quito, registran entre el 80 y 90 por ciento de pacientes son hemorragias cerebrales, trombosis cerebrales, infartos cardíacos, producto de todo este sistema de vivir mal, comer mal y no hacer ejercicio.
¿Qué factores inciden en el crecimiento de esta enfermedad?
Este es el país de los fritos, la comida muy sazonada y salada. Tenemos comida en calidad, cantidad y horario completamente irregular. La población también debería informarse en los centros de salud sobre cómo alimentarse mejor. El colesterol está afectando precozmente,
A eso se suma el estrés, que también afecta a los niños. Las familias desorganizadas, con padres divorciados, padres migrantes, un niño o adolescente que vive con permanente estrés, le desarregla todo el esquema hormonal y eso afectan otros mecanismos como el metabólico.
Es responsabilidad de los médicos orientar para prevenir estas enfermedades pasando por el nivel primario.
Estamos dando criterios sobre una situación curativa y el país debe entrar en la prevención. Algo se ha hecho (por ejemplo con el semáforo nutricional), pero falta a nivel escolar y en la adolescencia.
No hay una política de salud en Latinoamérica que evite o prevenga la obesidad en niños, adolescentes así como el sedentarismo.
Además son deficitario los controles sanitarios en todos los restaurantes. No sabemos cada qué tiempo reciclan el aceite. Tampoco hay control de la comida en los bares de escuelas y colegios.
Cualquier médico del nivel primario es el encargado de ir detectando estas enfermedades. Nuestra comida en realidad es variada, pero debe ser mejor dirigida porque hay chicos que consumen solo comida chatarra.
¿Cómo pueden ayudar los médicos?
Los médicos deben asesorar. El pediatra, por ejemplo, debe asesorar a madres desde el nacimiento sobre la forma de alimentar al niño. Sugerir anualmente exámenes de tiroides, chequeo óseo de crecimiento, si hay retardo, un podo estatural.
Si tiene padre y abuelos diabéticos, deben esos niños hacer las pruebas pre diabéticas. Así prevenimos un diabético y un hipertenso futuro.
A las niñas de 11 años realizar un eco de útero y ovarios para descartar síndrome de ovario poliquístico, porque esta patología genera también trastorno metabólico, obesidad.
Con los exámenes anuales desde la niñez, prevenimos y evitamos gastos onerosos en tratamientos.
Cuando ya existen estas problemáticas, lo médicos deben derivar a nutricionistas y médicos deportólogos para que los pacientes inicien actividad física.
La pauta internacional señala que los sedentarios deben iniciar con caminata por dos meses, al tercer mes puede hacer ejercicio aeróbico pero ello requiere un proceso. En la consulta no podemos darle todas las recomendaciones y para eso existe la interconsulta, derivar. Ese es el secreto de la post consulta.
Hoy día la Medicina del deporte le dice a cada paciente lo que debe realizar para quemar las calorías que están impactando en sus arterias.
Por otra parte, los médicos se enfrentan al problema de la mala adherencia (incumplimiento de tratamiento farmacológico). En muchos pacientes no se ve la decisión e iniciativa de cuidar su salud y cumplir su medicación. El problema es tremendo. Los médicos hacemos todos los esfuerzos, pero muchos pacientes no responden. Hay que persistir.