ROL DE LOS PROFESIONALES
El personal de salud debe identificar a las mujeres expuestas a violencia
OPS colabora en acciones de prevención de la violencia
Un cuarto de las mujeres en Ecuador ha sufrido algún tipo de violencia.
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Redacción. Quito
Un análisis de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha determinado que la violencia contra la mujer por parte de la pareja continúa siendo una violación de derechos humanos y
un problema generalizado de salud pública en las Américas.
La violencia contra la mujer
conlleva muchas consecuencias para la salud, entre ellas la muerte (por femicidio, enfermedades asociadas a la infección por VIH, suicidio y mortalidad materna) y también lesiones, infecciones de transmisión sexual (ITS),
embarazo no deseado, consecuencias negativas para la salud sexual y trastornos mentales.
Diferencia en cada país
La
prevalencia de la violencia física y/o sexual infligida por la pareja en algún momento de la vida varía desde una de cada siete (14 a 17 por ciento) mujeres de 15 a 49 años en Brasil, Panamá y Uruguay, a seis mujeres cada 10 (58,5 por ciento) en Bolivia, según los datos analizados por OPS.
En 12 países, este tipo de violencia ejercida en algún momento de la vida,
afectó a más de un cuarto de las mujeres (Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica,
Ecuador, Estados Unidos, Haití, Honduras, Jamaica, Perú, República Dominicana y Trinidad y Tobago).
El rol del sector salud
Además de contribuir a la recolección de datos, el sector de la salud puede desempeñar un papel protagónico en la respuesta a la violencia contra la mujer. Los proveedores de salud
pueden identificar a las mujeres expuestas a la violencia, brindar atención inmediata y mitigar los daños mediante el apoyo y la derivación a otros sectores, incluidos los servicios legales y sociales, ha señalado el informe de OPS.
Las mujeres expuestas a la violencia tienen mayor probabilidad de buscar atención de salud que las mujeres no maltratadas, según diversos estudios. Sin embargo, no siempre revelan a sus proveedores de salud que fueron objeto de violencia. Las iniciativas van dirigidas a que el
personal de salud pueda identificar rápidamente a las mujeres que han vivido violencia para así brindar mayor acceso a servicios de apoyo, atención y derivación a servicios no médicos.
La OPS ha asegurado que está trabajando con los países de la región en la
capacitación de personal de salud para que estén preparados para identificar y ofrecer atención de calidad a las sobrevivientes que diariamente pasan por los centros de salud.
También ha colaborado con las autoridades de salud para desarrollar
guías normativas basadas en evidencia, para que sean incorporadas a
protocolos de atención de las sobrevivientes a nivel del sistema de salud.