Las cifras de cáncer de cuello de útero sugieren que aún existen tabúes y que falta hablar de prevención
El de cuello de útero es el segundo en frecuencia entre las mujeres
Nery Rivadeneira, jefe del servicio de Ginecología de SOLCA Guayaquil.
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Cristina Coello. Quito
El 26 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino. En nuestro país es el segundo tipo de cáncer más frecuente en mujeres después del de mama aunque es uno de los más prevenibles, ha recalcado
Nery Rivadeneira, jefe del servicio de Ginecología de SOLCA Guayaquil.
El especialista ha insistido que el virus del papiloma humano (VPH) es el causante de las lesiones en el útero y que derivan en cáncer si la mujer no realiza los
exámenes ginecológicos básicos desde que inicia la vida sexual.
“Empieza con una lesión imperceptible, pero que puede ser detectada en el papanicolaou. Esta lesión
crece lentamente y sin producir síntomas. Es decir que hay mucho tiempo para ser detectado a tiempo”, ha señalado en una entrevista para EDICIÓN MÉDICA.
Rivadeneira ha asegurado que en el país aún se detecta este tipo de cáncer en mujeres de avanzada edad, por ello considera que el papanicolaou es un examen que debe seguir siendo recomendado en la consulta médica incluso a aquellas que hayan
dejado de tener relaciones sexuales hace 30 años o más.
Los diferentes tipos de VPH pueden
estar ocultos “por muchos años y luego ocasionar lesiones en el útero”, por ello son frecuentes los diagnósticos de cáncer avanzado.
“En nuestro medio
aún falta mucho hablar de prevención. Aún existes tabúes” peligrosos y muchas mujeres de más de 50-60 años “minimizan el chequeo ginecológico y lo evitan”, obstaculizando así la detección temprana de este cáncer o un tratamiento oportuno.
“Hay muchas que llegan con
cáncer avanzado y nunca han hecho un examen ginecológico. Además, la falta de difusión hace que el paciente no acceda fácilmente”, ha añadido.
Por otro lado, ha insistido en que el primer nivel de atención debe aclarar la diferencia entre la realización anual del examen de Papanicolau y el control ginecológico, éste último se recomienda realizar dos veces al año, según Rivadeneira, para
abarcar integralmente el cuidado de la salud de la mujer.
Prevención diferenciada
Para el jefe del servicio de Ginecología, “
no es lo mismo hacer prevención de papiloma y prevención de cáncer de cuello de útero. Que lo uno puede llevar a lo otro si, pero son dos cosas diferentes”.
En el caso del papiloma es necesario hablar de algunos factores empezando por la vacuna, y para Rivadeneira es oportuno administrar la que
protege para 9 virus y evitar usarla en mujeres que ya padecen de cáncer de cuello de útero.
Por otro lado, ha resaltado la necesidad de
hablar sobre preservativos entre la población. Es común el uso del preservativo masculino y no se ha difundido el femenino que bien usado puede prevenir el contagio del VPH.
Así mismo, ha insistido en que la vacunación contra el papiloma “
no es libertad sexual. Puede ayudar, pero no asegura que una persona no transmita el virus”.
De allí que Rivadeneira ha considerado importante la educación para que las
personas eviten tener varias parejas sexuales, lo cual hace que los varones también asuman su porción de responsabilidad cuando una mujer tiene este tipo de cáncer, ha opinado.