SALUD FATAL Y NO FATAL
Muertes en niños y adolescentes se reducen en un 51,7% a nivel mundial
De 1990 a 2017, se ha observado disminución de mortalidad infantil en África, América del sur y Asi
La mayor tasa de reducción se ha presentado en niños entre 1 y 4 años.
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Redacción. Quito
Una
investigación desarrollada por el Global Burden of Disease (GBD) ha señalado que entre 1990 y 2017, se ha reducido en un 51,7 por ciento la tasa de mortalidad en niños y adolescentes a nivel mundial; sin embargo, se ha observado un incremento del 4,7 por ciento en la discapacidad en este mismo grupo etario.
Si bien se ha observado una reducción de la mortalidad infantil, el estudio ha indicado que “las principales causas de pérdida de
salud no fatal durante la niñez y la adolescencia no han cambiado dramáticamente”.
El estudio ha señalado que las enfermedades más comunes asociadas a mortalidad infantil son la
diarrea, desnutrición aguda e infecciones respiratorias. En cuanto a discapacidad, se han identificado que las causas relacionadas han sido defectos de nacimiento, trastornos neonatales, cefaleas, dermatitis y malaria.
Los datos han indicado que, en zonas como África, la reducción de la mortalidad está asociada a la
disminución de enfermedades tropicales lo cual ha dado como resultado niños más saludables de 1990 a 2017.
De igual forma, zonas andinas de América y el sur de Asia, han mostrado tasas rápidas de disminución. Los investigadores atribuyen estas mejoras a acciones como la vacunación más generalizada, la
mejora del saneamiento y la nutrición.
Otro de los posibles motivos para esta disminución es la mejora en las condiciones de vida de la madre, pues los países donde se
redujeron el número de muertes maternas también se observó una reducción de la mortalidad infantil. Asimismo, los niños entre 1 y 4 años han presentado mayores posibilidades de sobrevivencia.
Sin embargo, la investigación también ha presentado datos alarmantes como el aumento en el riesgo de que las personas jóvenes
murieran de VIH/SIDA u otras infecciones de transmisión sexual.
Los investigadores han resaltado que, a pesar de la reducción del número de muertes a nivel global, el creciente número de niños que sobrevive con problemas de salud podrán
afectar los sistemas de salud y educación.