Los mitos sobre epilepsia en Ecuador aún son un obstáculo para el diagnóstico temprano
Muchas veces los pacientes evitan un diagnóstico profesional y optan por restar importancia a las crisis convulsivas.
Jorge Moncayo, presidente de la Liga Ecuatoriana Contra la Epilepsia.
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Karla Proaño. Quito
“Aún existen mitos acerca de las convulsiones epilépticas. Cuando alguien
sufre o es testigo de una convulsión, las personas no piensan que esta es producida por una actividad anormal de las células cerebrales”, ha señalado Jorge Moncayo, presidente de la Liga Ecuatoriana Contra la Epilepsia (LECE), en entrevista con REDACCIÓN MÉDICA.
La epilepsia es una enfermedad causada por un
incremento súbito y transitorio de una actividad anormal de un grupo o de todas las neuronas. Este incremento excesivo se manifiesta a través de actividades convulsivas ya sea en una o varias partes del cuerpo.
Uno de las dudas que aún existen son las causas de su aparición. Moncayo ha aclarado que “
no es provocada por intoxicación de alcohol, desequilibrio del sodio o la glucosa en el cuerpo, no es provocada por una infección generada en ese momento en el cerebro”.
Por otro lado, los pacientes suelen preocuparse porque la epilepsia
sea hereditaria. Moncayo ha indicado que “la gran mayoría de los casos no son hereditarios”. La epilepsia responde a cambios en células cerebrales que van modificando su comportamiento; también puede asociarse a secuelas de lesiones o accidentes.
Otra importante inquietud es el estigma sobre esta enfermedad. Muchas veces se considera que las personas epilépticas no pueden desarrollar una vida normal lo cual provoca que los pacientes
eviten un diagnóstico profesional y opten por restar importancia a las crisis convulsivas.
La LECE ha cambiado el término desorden por enfermedad para referirse a la epilepsia. “El término desorden era minimizado, en el caso de enfermedad puede ser que la persona le de
mayor interés y busque ser tratada”.
Los pacientes que han sufrido convulsiones deben buscar atención inmediata. Los electroencefalogramas pueden detectar actividad anormal de las neuronas hasta tres días después de la crisis convulsiva.
Respuesta en el país
En Ecuador, la LECE está formada por neurólogos, neurocirujanos, psicólogos, psiquiatras interesados en esta enfermedad. “Tanto los
hospitales públicos como privados cuentan con profesionales muy bien formados y conocen bastante sobre el tema”, ha enfatizado Moncayo.
El Ministerio de Salud Pública (MSP) en los últimos años ha proporcionado
fármacos anticonvulsivos de primera línea. De esta forma, los pacientes pueden acceder a tratamientos que reduzcan la probabilidad de nuevas convulsiones.
Moncayo también ha indicado que se están organizando
equipos multidisciplinarios que puedan abordar la cirugía de epilepsia. Este proceso quirúrgico no se realiza a nivel masivo pues está dirigido a pacientes que no han respondido a los tratamientos farmacológicos.
La investigación
“Lo que todavía nos falta es que ya sean las universidades o los hospitales públicos y privados realicen estudios sobre la epilepsia en Ecuador”, ha señalado Moncayo. A nivel nacional, existen
algunos estudios poblacionales: uno realizado en la Costa hace más de 10 años y otro realizado en la Sierra hace casi 23 años. Una de las investigaciones más importantes es el estudio realizado en Carchi en los años ochenta.
Sin embargo, Moncayo ha indicado que “
nos faltan estudios que muestren la realidad de lo que está pasando ahora”.
Dentro del ámbito académico, ha habido un avance a nivel de
preparación y formación en neurología en las Escuelas de Medicina. Moncayo ha destacado que “actualmente, ya un médico que sale de la Escuela de Medicina conoce más de epilepsia y neurología que las promociones anteriores”.
Los médicos con esta formación pueden realizar un
diagnóstico temprano de pacientes con epilepsia y dirigirlos a especialistas que aborden el tratamiento adecuado.
Moncayo ha enfatizado que “aún hay un trabajo largo por hacer. La única manera de lograr un
avance sostenido es trabajar en conjunto todas las instituciones públicas y privadas para el manejo y tratamiento de la epilepsia”.