Ministros de Salud de las Américas piden más equidad y solidaridad para enfrentar futuras pandemias
La OMS discute un instrumento para enfrentar futuras emergencias sanitarias
76 Asamblea Mundial de la Salud.
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Redacción. Quito
En el marco de la 76
Asamblea Mundial de la Salud que se desarrolla en Ginebra (Suiza) los ministros de salud y altos funcionarios de la región y el mundo han revisado la situación de la salud tras la
pandemia de la COVID-19 y destacaron algunas lecciones aprendidas.
Entre ellas han estimado que es prioritario mejorar la preparación para futuras emergencias y por tanto de la necesidad de disponer de un
instrumento sobre pandemias que ya se está discutiendo en el seno de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En su intervención, el ministro de Salud de Ecuador,
José Ruales, ha insistido en que la OMS “es imprescindible para impactar positivamente en la
gobernanza de la salud”, así como para preparar a los Estados Miembros para “responder mejor a posibles desastres o pandemias y para enfrentar otros desafíos en salud”.
“Trabajar por la salud no es una responsabilidad individual de un país sino colectiva que debe articular a varios actores a nivel local, regional y global, por eso impulsamos la
Cooperación Sur-Sur, Norte-Sur, el multilateralismo y la integración regional en especial en las Américas y en el Área Andina”, indicó.
El ministro ecuatoriano ha hecho un llamado por “seguir trabajando colaborativa y solidariamente a nivel mundial por la salud” tras considerar que “el camino recorrido en los últimos 75 años junto a la
OMS y 120 años con la
OPS ha valido la pena, los avances son importantes, pero queda un largo trazo que recorrer para lograr la salud para todos”.
El ministro de Salud ecuatoriano ha destacado también el Plan decenal de salud impulsado por su país. Señaló que están trabajando para mejorar la atención oportuna y de calidad, y resaltó que en ese sentido están impulsando la
transformación digital, la salud intercultural y la salud mental comunitaria.
Otros países
Por otra parte, la ministra de Salud de
Argentina,
Carla Vizzotti, ha mencionado que “si algo nos dejó la pandemia es la enseñanza de que en las crisis más profundas se generan oportunidades”, y agregó que se fortalecieron las capacidades regionales para producir insumos críticos, entre ellas, la de Argentina que fue seleccionada por la OMS como uno de los centros de producción de
vacunas de ARNm.
Vizzotti ha reconocido el trabajo realizado para el fortalecimiento de la vigilancia y la
secuenciación genómica y resaltó que su país fue convocado a formar parte del Comité de liderazgo de la red Internacional de vigilancia de patógenos que se lanzó en el marco de la Asamblea.
“Tenemos la oportunidad y la responsabilidad ineludible de sostener la salud como eje central en la
agenda política, esto exige aún más integración multilateral y regional, más cooperación, más desarrollo, pero sobre todo más solidaridad y más empatía”, ha solicitado.
La ministra de Salud de
Brasil,
Nísia Trindade, ha resaltado la necesidad de contar con “sistemas nacionales de salud mejor preparados contra las emergencias que vendrán” y especificó que en su país se reportaron 700 mil casos de la COVID-19, ocasionando un “gran impacto en el sistema de salud, la salud mental, la economía y el tejido social en general”.
“Brasil está de vuelta: retomamos nuestra agenda en
defensa de la igualdad en la salud, la cultura de la paz y el multilateralismo”, ha resaltado ante la Asamblea Mundial.
La ministra de salud brasileña ha considerado que el mundo necesita “fortalecer los
sistemas de vigilancia y de salud en general”, así como “redoblar esfuerzos en innovación, transferencia de tecnología y financiación” para avanzar hacia “sistemas de salud más equitativos”.
“Debemos
descentralizar la producción de medicamentos, vacunas y otros insumos estratégicos para garantizar su acceso equitativo a todo el mundo”, destacó y llamó a trabajar para “reducir inequidades, entre ellas, la desigualdad en el acceso a los beneficios del conocimiento científico y tecnológico”.
Para Trindade, será importante un
multilateralismo reforzado. “No lograremos esos objetivos sin una reforma de la arquitectura sanitaria mundial”. Sin embargo, ha considerado que para que el nuevo instrumento sobre pandemias tenga éxito, “debemos crear una
diplomacia en salud más fuerte, basada en los principios de igualdad y solidaridad”.
Así mismo la ministra de Salud de
Chile,
Ximena Aguilera, ha mencionado que la pandemia de COVID-19 “remodeló el panorama de la salud mundial y mostró la interdependencia entre la seguridad sanitaria y la
seguridad económica”.
Según Aguilera, “la crisis también expuso las enormes inequidades que existen entre los Estados, así como al interior de los países, plasmadas por ejemplo en la desigual disponibilidad y distribución de
vacunas durante la emergencia”.
“Es por ello indispensable aumentar la solidaridad y la
cooperación multilateral, y Chile está comprometido con ello, así como mejorar las capacidades de preparación prevención y respuesta ante emergencias sanitarias tanto a nivel global como regional y en cada uno de nuestros países con la OMS al centro de este proceso”.
La ministra ha planeado tres prioridades en Chile para enfrentar las consecuencias directas de la pandemia, así como para abordar los problemas estructurales relacionados con la falta de equidad y justicia en el acceso a la salud: recuperar la capacidad de atención de los servicios de salud y reducir los tiempos de espera; abordar la
salud mental de la población que “está gravemente afectada”; y “avanzar en garantizar el derecho a la salud construyendo un sistema de salud justo y digno”.