Mortalidad por infarto agudo de miocardio aumentó un 243% durante la pandemia en Ecuador
Un estudio analizó las causas de muertes registradas en el INEC
Manuel Baldeón y Marco Fornasini de UIDE, e Iván Sisa de la USFQ.
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Cristina Coello. Quito
Muchos de los hallazgos en la investigación científica son casuales. Así fue como al intentar conocer más sobre los efectos de la implementación del semáforo nutricional en el país, tres investigadores ecuatorianos han documentado el aumento de la
mortalidad a causa de
enfermedades cardio metabólicas en el Ecuador, durante la pandemia de la COVID-19.
Marco Fornasini y
Manuel Baldeón de la Facultad de Ciencias de la Salud y de la Vida de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE), e
Iván Sisa de la Escuela de Medicina de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), han publicado en la revista científica ‘Annals of Global Health’ los resultados de un
estudio que muestra las tendencias de mortalidad por Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT) durante la pandemia (2020).
Con información del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC), el estudio muestra que entre las importantes causas de
exceso de mortalidad que registró el país durante el 2020 están las enfermedades cardio metabólicas.
El estudio ha mostrado por primera vez que las muertes a causa del
infarto agudo de miocardio aumentaron en 243.6 por ciento en 2020 en comparación a los porcentajes registrado entre 2005 y 2019. En segundo lugar, de causas de muerte está la
diabetes mellitus tipo 2 con un aumento del 70.9 por ciento. Le sigue la
hipertensión arterial con un aumento del 48.3 y luego el
accidente cerebro vascular con 21.4 por ciento.
Con estos datos, Fornasini ha comentado en entrevista con EDICIÓN MÉDICA que las enfermedades cardiometabólicas aumentaron en un 30 por ciento y eso muestra la magnitud que ejercen de las ECNT en la
salud pública.
Por su parte, Baldeón ha sido más crítico y ha señalado que “al momento no existe una medida de salud pública importante para
prevenir esta otra epidemia como son las ECNT y las medidas para controlarlas son insuficientes.
En ese sentido ha estimado que el rotulado mediante
semáforo nutricional “lo que hizo es incrementar el riesgo” de esas enfermedades pues las personas cambiaron las bebidas azucaradas por bebidas con
edulcorantes y “la evidencia ahora demuestra que los edulcorantes aumentan el riesgo de mortalidad cardiovascular”.
También ha recordado que la academia ya ha presentado varias alertas a las autoridades y en la docencia se comparte la nueva evidencia en un intento por cambiar las intervenciones de atención, pero el investigador ha hecho también un llamado a sacarle provecho a la biodiversidad
agroalimentaria que tiene el país en un intento por controlar las ECNT.
Sisa ha añadido que, si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado por terminada la emergencia global por la COVID-19, las ECNT siguen representando una importante carga tanto para la población como para el sistema sanitario y, tras esta investigación, se ha insistido en que este grupo de pacientes es muy vulnerable frente al SARS-COV-2, que sigue siendo un importante factor de mortalidad para estas personas.
COVID largo, vigilancia y apoyo a la investigación
Baldeón ha recalcado además que, si bien el patrón de incremento de mortalidad en este grupo de pacientes es similar con otros países, “la magnitud es diferente” y mencionó que oficialmente durante el 2020 hubo 41.000
muertes en exceso con respecto al 2019.
Pero los tres investigadores han resaltado que, gracias a la vacunación, el impacto de la mortalidad disminuyó. No obstante, han alertado que este grupo de personas con ECNT sigue siendo sensible pues al parecer tienen mayor riesgo de presentar el llamado ‘
long COVID’ o COVID largo, es decir que existe también un porcentaje más alto de personas con secuelas.
Los investigadores no dejaron de mencionar que en el país no existió un eficiente
registro y
diagnósticos de COVID-19 y fue el país con menor número de pruebas realizadas por millón de habitantes en la región. En ese sentido han considerado que se deberá poner mejor atención en la forma de enfrentar posibles nuevas pandemias y la vigilancia a potenciales microbios que pueden afectar a la comunidad.
En ese sentido, Baldeón ha recalcado la necesaria relación entre la autoridad sanitaria y la
academia para apoyar, por ejemplo, el monitoreo de estos microbios, pero además ha pedido atención al aspecto ambiental, “en la producción de alimentos para los seres humanos que ha causado varias veces epidemias a lo largo de los años” y ha puesto de ejemplo la influenza. También ha alertado sobre el uso indiscriminado de antibióticos en la crianza de animales y el nulo tratamiento de aguas servidas.
Finalmente han recalcado en la necesidad de apoyar la
investigación científica desde el gobierno, así como la mejor utilización de los recursos públicos para la prevención, diagnóstico y atención de enfermedades.