SIMPOSIO REGIONAL
Muertes maternas indígenas y afrodescendientes es tres veces mayor, alerta UNFPA
Esas muertes representan la desigualdad y pobreza de la región
Martes, 12 de noviembre de 2024, a las 13:06
Simposio Regional Intercultural de las Américas.
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Redacción. Quito
Tras el Simposio Regional Intercultural de las Américas sobre
Salud Materna de Mujeres Indígenas, se identificó que la región mantiene elevados índices de muertes de mujeres durante el embarazo, parto o postparto por razones previsibles.
La directora regional para América Latina y el Caribe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Susana Sottoli, ha alertado que “las mujeres
indígenas y afrodescendientes están sobrerrepresentadas en ese número de mujeres que mueren de causas relacionadas al parto”.
En un comunicado oficial de UNFPA se ha detallado que, en 2020, la razón de mortalidad materna en América Latina era de 88 muertes por cada 100.000 nacidos vivos.
Cada hora muere una mujer debido a complicaciones en el embarazo, parto o puerperio. Y tratándose de mujeres indígenas y afrodescendientes, la cifra es tres veces mayor.
“La muerte de una mujer, en un momento que se supone es un acontecimiento de vida, representa la cara más cruel de la
desigualdad y pobreza en nuestra región”, ha recalcado Sottoli.
El 90 por ciento de las
muertes maternas son evitables. Para llegar a cero, “hay que derribar barreras, innovar y cambiar lo que no está dando resultado. Debemos escuchar a todas las partes interesadas y lograr acuerdos, nuevas estrategias e ideas para salvar vidas”, ha añadido.
Sandra Georgina Oyarzo, presidenta de la Confederación Internacional de Parteras (ICM, por sus siglas en inglés), ha defendido la colaboración entre las
parteras profesionales y tradicionales como “un puente necesario para mejorar la salud materna y reducir la mortalidad, ya que ambas traen consigo un valioso conocimiento y experiencias”.
“En esta intersección se encuentran enfoques interculturales que enriquecen la atención y permiten soluciones efectivas y respetuosas. Escuchar las voces de las mujeres indígenas y recuperar sus saberes no es solo un acto de justicia sino una estrategia esencial para cerrar las
brechas de desigualdad en la salud materna”, ha añadido Oyarzo.
Tarcila Rivera Zea, fundadora del Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas (ECMIA), ha sido enfática en señalar que “no somos el problema. Queremos ser parte de la solución. Las sanadoras, las
parteras y las
obstetras indígenas tienen esa sabiduría que proviene de la relación con su comunidad, su pueblo, su vida y el entorno, con el uso de plantas y
elementos naturales que han generado vida. Si estas prácticas no hubieran sido pertinentes, no habríamos nacido más, pervivido y llegado a este punto”.
EUNFPA ha señalado que entre 2016 y 2022, América Latina y el Caribe aumentó en un punto porcentual la proporción de partos atendidos por
personal de salud especializado. En 2022, el 95,8 por ciento de los partos fue atendido por profesionales competentes en salud materna y neonatal, de acuerdo con el Segundo Informe Regional sobre la Implementación del Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo.
No obstante, Rivera ha señalado que es imprescindible lograr
sistemas de salud interculturales en los países multilingües y multiculturales: “¿Por qué no nos sentimos bien en espacios donde deberíamos estar cómodas y seguras? Esto tiene que ver con el racismo y sus expresiones de discriminación y exclusión. No hemos tenido
políticas de salud que nos incluyan a todas”, ha reclamado.
Los datos
Datos de varios países de la región muestran que el porcentaje de mujeres que no recibieron atención especializada es mayor entre
embarazadas indígenas, pero ha habido avances notables desde la década de 2000. En ocho de los 12 países que cuentan con información sobre este tema, la proporción de mujeres indígenas que asistieron, al menos, a cuatro
controles prenatales supera el 80 por ciento.
De acuerdo con el Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, la
pertinencia intercultural en salud es un elemento fundamental de la calidad humana del servicio y, por lo tanto, parte del monitoreo del mejoramiento continuo de la calidad.