DÍA INTERNACIONAL
Mujeres indígenas enfrentan una brecha significativa en salud sexual y reproductiva en Ecuador
UNFPA reitera la necesidad de garantizar su derecho a la salud sexual y reproductiva y a vivir vidas libres de violencia basada en género
Las provincias amazónicas tienen el porcentaje mayor de niñas y adolescentes.
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Redacción. Quito
Cada 9 de agosto se conmemora el
Día Internacional de los Pueblos Indígenas, con el objetivo de reconocer su diversidad cultural, su sabiduría ancestral y sus invaluables contribuciones para abordar desafíos como el cambio climático. Sin embargo, a pesar de sus inmensos aportes al planeta, las mujeres y niñas indígenas enfrentan desafíos significativos en el acceso a los servicios de salud, incluyendo la sexual y reproductiva, y a vivir una vida libre de violencia basada en género.
Las
mujeres indígenas enfrentan una brecha significativa en salud sexual y reproductiva por ejemplo la demanda insatisfecha de métodos anticonceptivos a nivel nacional es de 7.5 por ciento a nivel nacional y en mujeres indígenas se incrementa a 14.3 por ciento, según la ENSANUT.
Además, el 48 por ciento de las mujeres en el Ecuador han experimentado por lo menos un hecho de violencia gineco-obstétrica a lo largo de su vida y este dato se incrementa a 70 por ciento en el caso de mujeres indígenas, según el ENVIGMU.
Para la UNFPA Ecuador, esta disparidad se debe a una confluencia de factores sistémicos y estructurales, incluyendo la discriminación histórica que limita su acceso a servicios de calidad, la falta de servicios de salud culturalmente adecuados en sus comunidades, la pobreza y el aislamiento geográfico que dificultan el acceso a atención en salud oportuna, la violencia basada en género que aumenta el riesgo de complicaciones obstétricas, y la falta de reconocimiento de sus sistemas de salud tradicionales.
Estos factores, combinados,
crean barreras que impiden a las mujeres indígenas recibir la atención prenatal y posnatal adecuada, lo que a su vez aumenta su vulnerabilidad a complicaciones y muertes maternas.
Por ello se recomienda implementar acciones concretas para superar estas barreras, como la
integración de las personas indígenas en el diseño de los programas y servicios de salud para responder a sus necesidades reales, garantizar la salud materna y reducir las brechas de atención, crear espacios de empoderamiento y participación para que puedan tomar decisiones informadas, implementar protocolos para prevenir y responder a la violencia obstétrica, garantizar el acceso a métodos anticonceptivos modernos y de calidad.
Un tipo de violencia que persiste son las
uniones infantiles tempranas y forzadas en niñas, incluyendo a las niñas indígenas, que les afecta desproporcionadamente y limita sus oportunidades de educación, autonomía y empoderamiento. El 26 por ciento de mujeres ecuatorianas, entre 18 y 49 años, dijo que se unió o casó antes de cumplir 18, según la UNFPA Ecuador.
Los factores que las ponen en mayor vulnerabilidad son las normas culturales, la pobreza, la exclusión, la falta de acceso a la educación, incluyendo la educación integral de la sexualidad y la falta de acceso a salud inclusiva e intercultural de calidad.
En Ecuador,
1 de cada 3 mujeres es niña o adolescente, en las provincias amazónicas el porcentaje es mayor: la provincia con la mayor proporción de niñas y adolescentes mujeres es Morona Santiago (52 por ciento); en Pastaza y Orellana cerca de la mitad de la población son niñas y adolescentes mujeres: en Sucumbíos, Napo y Zamora Chinchipe) la proporción supera el 40 por ciento.
La provincia con más niñas y adolescentes pobres y con el mayor porcentaje de mujeres que se casaron o unieron antes de los 18 años es
Morona Santiago. Estas provincias tienen una gran población de niñas indígenas, según el estudio MUITF de UNFPA, UNICEF y Plan International.
Para eliminar esta práctica nociva se requiere un enfoque integral que promueva el empoderamiento, el cambio de las normas sociales, el fortalecimiento de los sistemas de protección y justicia, y la colaboración con diferentes actores para erradicarla.
Por lo tanto, es crucial reconocer que
estas barreras pueden ser superadas para construir un futuro donde todas las niñas y mujeres indígenas vivan en sociedades más justas y equitativas. Es fundamental recopilar datos específicos sobre las poblaciones indígenas para que las políticas públicas puedan garantizar sus derechos sin dejar a nadie atrás.
Y el Día Internacional de los Pueblos Indígenas es una oportunidad para reafirmar el compromiso de garantizar los derechos sexuales y reproductivos y el derecho a una vida libre de violencia de todas las personas, sin discriminación de ningún tipo, incluyendo su origen étnico o cultural.